1. Introducción
Entre 2006[1] y 2008[2], la normativa sobre migración y refugio en Uruguay experimentó una transformación para adaptarse a estándares internacionales de protección de derechos. Este cambio responde a un movimiento regional y global en favor de la "gobernabilidad migratoria" (Domenech, 2013), guiado por directrices de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), iniciado a mediados de la década de los '90 en un proceso definido por Ramírez Gallegos (2022) como "de arriba hacia abajo".
En 2009 comienza a percibirse un cambio de signo en el saldo migratorio, asociado a la migración de retorno originada en países de Europa y Norteamérica (Koolhaas, 2022). A medida que la migración de retorno ganaba relevancia en la agenda local, la presencia de personas de origen dominicano empezó a manifestarse a partir de 2011, aumentando significativamente hasta 2014, cuando el estado uruguayo unilateralmente implementó la exigencia de visado para ciudadanos dominicanos (Prieto et al., 2022; Autor; MIDES, 2017). Esta medida se enlaza con otras similares adoptadas previamente por Argentina y Brasil, dando lugar a la reconfiguración de las rutas hacia Uruguay. Los otros dos orígenes nacionales que componen la gran mayoría de la población migrante que llega al país son Venezuela y Cuba; ambos representan procesos de movilidad que atraviesan todo el continente.
Desde 2011, y de manera más evidente en 2013, Uruguay se suma a las dinámicas intrarregionales de movilidad humana en calidad de receptor de población. Anteriormente, el país había desempeñado principalmente el papel de emisor hacia destinos regionales e intercontinentales, una característica que persiste junto con la función receptora hasta la actualidad (Bengochea et al., 2023). Este cambio puede entenderse en gran medida a través de la integración a dinámicas globales en diversas dimensiones: económica, normativa y de control.
En un estudio previo, examinamos cómo la prensa escrita abordó el refugio y asilo de sirios y presos de Guantánamo en Uruguay durante el período 2014/2018 (Olivera y Uriarte, 2021). Una de las principales conclusiones destacaba cómo las editoriales imponían marcos interpretativos desde la agenda propia del medio para confrontar al gobierno del Frente Amplio (José Mujica) en el debate político, utilizando al colectivo sirio como moneda de cambio en la lucha por el sentido político, social, cultural e ideológico. También observamos que la mayoría de las editoriales y cartas de lectores en el corpus analizado fueron publicadas principalmente por El País, periódico conservador, y Búsqueda, semanario con línea editorial liberal.
A partir de 2018, se produce un cambio en la estrategia discursiva de los medios, que coincide con transformaciones en las dinámicas migratorias. En ese año, observamos un contexto diferente en términos de movilidad humana en Uruguay en comparación con el periodo anterior. La investigación cuantitativa de 2018 indica una consolidación en la tendencia al ingreso de población al país (Prieto et al., 2022), con un cambio en la composición relativa de los flujos. La migración latinoamericana no fronteriza, percibida anteriormente por la opinión pública como eventual y novedosa (Autor), se incorpora como una temática más en la agenda pública, convirtiéndose en un tópico habitual en las discusiones sobre trabajo y economía, educación, vivienda y uso del espacio público. Los datos de la Facultad de Ciencias Sociales (Udelar) y de la consultora Cifra revelaron un aumento significativo de la migración en el país. Este fenómeno se explicaba, en parte, por los cambios políticos, económicos y sociales en los países de origen de los inmigrantes, como Cuba, Venezuela, Haití, India y República Dominicana.
En este periodo, el énfasis de los medios de prensa en las situaciones de refugio y reasentamiento disminuye, dando lugar al abordaje de otros fenómenos, como la migración regional. Aunque hasta 2013 estos fenómenos habían sido menos centrales en la opinión pública, representaban una realidad de mayor peso en número de personas. Sin embargo, el tono eminentemente político que guía la publicación de editoriales y columnas de opinión, de carácter menos informativo y más interpretativo, persiste. Desde el Observatorio de Medios sobre Movilidad Humana en Uruguay, notamos un cambio en los discursos mediáticos, donde la inmigración se enuncia como una oportunidad para el desarrollo en Uruguay en lugar de ser percibida como una amenaza. Los periódicos más progresistas del país comenzaron a dedicar espacios de opinión, algo que no se observó durante el período 2014/17. A pesar de que el gobierno de Mujica concluyó en 2015, el Frente Amplio continuó en el poder bajo la administración de Tabaré Vázquez (2015-2020).
Como veremos, el debate se centra, por un lado, en las causas políticas de los países de origen de la migración y, por otro, en la dimensión económica, dado que los migrantes representan mano de obra disponible y, en muchos casos, especializada.
Simultáneamente, periódicos de orientación progresista empezaron a otorgar mayor espacio a la temática, algo poco común durante el período 2014-2017, también relacionado con la migración regional. Señalamos entonces, la aparición de nuevas estrategias discursivas respecto al fenómeno migratorio incorporando debates y reflexiones sobre la integración, el trabajo, la convivencia y la diversidad cultural, así como aspectos demográficos.
La llegada de inmigrantes generó debates y reflexiones en la sociedad uruguaya sobre la integración, el trabajo, la convivencia y la diversidad cultural (Arocena, 2018). Sin embargo, una columna en el diario El País debatía los datos del saldo migratorio, discutía los números y cuestionaba a la izquierda en el poder en ese momento (Faig, 2018).
En julio de 2018, con motivo del Día Internacional de la Mujer Afrolatina, Afrocaribeña y de la Diáspora, se llevó a cabo en el Ministerio de Trabajo y Seguridad Social (MTSS) un panel sobre la política migratoria de Uruguay, donde se presentaron algunos datos sobre la migración y su relación con el mercado laboral. El secretario ejecutivo de la Junta Nacional de Migración, Andrés Freire, afirmó que la llegada de migrantes «es el aspecto más novedoso» y que «hay que ver si esta tendencia de una inmigración creciente se consolida en el tiempo en los próximos años, lo cual es una incertidumbre para los investigadores» (Rómboli, 2018).
El Observador publica una editorial el 30 de octubre donde destaca la situación global de la migración en el siglo XXI y argumenta que «Uruguay debe prepararse para cambios estructurales en su población» («Los nacionales y los inmigrantes», 2018). En la misma línea, una columna de opinión del diario El País señala el contexto global del fenómeno migratorio y los marcos ideológicos a nivel mundial, utilizando como ejemplos a líderes como Merkel y Trump para ilustrar la diversidad de posturas políticas. El texto resalta el posicionamiento de los líderes políticos de Uruguay sobre la cuestión migratoria y advierte sobre la posibilidad de que algún oportunista pueda aprovechar las actitudes negativas de una parte de la población, generando un contexto político donde la migración se convierta en un tema relevante para la competencia electoral (Bonilla, 2018).
Por lo tanto, en 2018, se observa un contexto y circunstancias diferentes en Uruguay en comparación con el período 2014/17, lo que justifica la aparición de otras estrategias discursivas respecto al fenómeno migratorio. Dado el papel crucial de los medios en la configuración de las percepciones públicas sobre la inmigración, este artículo tiene como objetivo, a partir del corpus de análisis, examinar los discursos editoriales/opinión para responder a las siguientes preguntas: ¿Quiénes explican y de qué manera el fenómeno migratorio en los medios? ¿Qué estrategias retóricas utilizan para establecer problema-soluciones en relación al Estado-nación uruguayo? ¿Cómo articulan esos discursos la configuración de un espacio social transnacional con las desiguales posibilidades de movilidad en la globalización? A continuación, proporcionamos un marco conceptual sobre las nociones de transnacionalismo y nacionalismo-metodológico que fundamentan el estudio. También detallamos la metodología, que incluye una investigación cuantitativa con una base de datos de 160 piezas informativas, y cualitativa, con la conformación de un corpus para el análisis de contenido de 9 piezas editoriales/opinión. Finalmente, presentamos los resultados del análisis organizado en los ejes: a) microestructura, b) macroestructura y c) superestructura); seguido de las conclusiones.
2. Marco teórico
2.1. Transnacionalismo
En los textos de Wagner (2020), se explora el impacto de la globalización en las relaciones y estratificación sociales, configurando grupos que van más allá de las fronteras nacional-estatales. Esta perspectiva se alinea con enfoques transnacionales y se materializa en estudios empíricos sobre la transnacionalización de estructuras de clases (Korzeniewicz y Morán, 2009) y/o la estratificación global (Hartmann, 2000; Sassen, 2007; Boltanski y Chiapello, 2002). Además, se aborda en el contexto de migraciones internacionales, explorando estilos de vida construidos transfronterizamente a través de campos sociales transnacionales (Levitt y Glick Schiller, 2004; Levitt y Waters, 2002; Glick Schiller, 2008). La globalización configura un espacio global de clases sociales donde las posiciones sociales buscan aprovechar oportunidades estratégicas del sistema global (Sassen, 2007), aunque se ven limitadas por sistemas nacionales y nuevos regímenes de movilidad (Glick Schiller y Salazar, 2013).
En su análisis, Wagner (2023) aborda diversas formas de movilidad social. Mientras las élites exhiben una sólida familiarización con el ámbito internacional, los cuadros y gerentes aspiran a un tipo de cosmopolitismo, si bien estas aspiraciones están configuradas por distintos recursos. En contraste, las clases trabajadoras vinculadas a sindicatos enfrentan desafíos significativos para internacionalizar a sus representantes, mientras que ciertos segmentos de las clases medias logran una ventaja relativa debido a sus recursos culturales, permitiéndoles utilizar la expatriación como una vía para la movilidad social. Estos elementos están estrechamente entrelazados con las transformaciones en las estructuras de las clases sociales en los lugares de origen y destino, dando forma a diversas estrategias de distinción adoptadas por las élites nacionales en comparación con sus contrapartes internacionales (Wagner, 2007).
Sassen (2006) resalta dos condiciones cruciales que configuran las ciudades globales como puntos estratégicos, reflejando transformaciones que desestabilizan las antiguas estructuras territoriales y políticas. La primera implica el redimensionamiento de territorios conectados al nuevo sistema político-económico. La segunda señala la desarticulación parcial o debilitamiento de la nación como entidad contenedora de procesos sociales, impulsadas por la globalización y la digitalización. Estas condiciones tienen implicaciones significativas para las ciudades, convirtiéndolas en centros estratégicos en procesos económicos y dando lugar a nuevos actores políticos. Aunque la afiliación política se inserta en un entorno más complejo que las nociones formales de la institución política, estas condiciones sugieren la posibilidad de nuevas identidades y prácticas de ciudadanía informales, incluso si las formas legales permanecen sin cambios.
2.2. Nacionalismo-metodológico
En la comprensión y percepción de la inmigración es donde se revelan los mecanismos ideológicos y mitos que constituyen la identidad nacional. Como consecuencia, el Estado establece una base nacional que se fundamenta en una distinción fundamental entre nacionales y no-nacionales, sirviendo como el primer eje de diferenciación entre «nosotros» y «ellos». Esta demarcación ideológica y esencializadora tiende a impregnar tanto el sentido común como el pensamiento científico (Sayad, 2000:20).
La construcción del Estado-nación ha impactado profundamente en la percepción de la inmigración, influyendo en la teoría de las Ciencias Sociales, especialmente en los discursos sobre inmigración e integración. El concepto de nacionalismo metodológico (Wimmer y Glick Schiller, 2002:304; Beck, 2008) se manifiesta en la naturalización de los Estados-nación, legitimando sus discursos y abordando los procesos sociales desde las fronteras y sus límites. Según Lewkowiez (2004:30), el ciudadano es el sujeto instituido por prácticas estatales como las escolares, electorales y de comunicación. Estas prácticas contribuyen a la formación del elemento que establece el vínculo, presentando al ciudadano como el sustento subjetivo de los Estados nacionales.
Para estos autores, el Estado-nación es la unidad de análisis de la dinámica social, y buscan deconstruir la equivalencia implícita entre el Estado-nación y la sociedad, que marca los conceptos y métodos de las Ciencias Sociales. Según esta perspectiva, es el nacionalismo metodológico el que concibe el espacio como un contenedor y la identidad como una adscripción casi primordial vinculada a un territorio.
El debate está servido cuando se piensa el transnacionalismo bajo la categoría de análisis nacionalismo metodológico, ya que ésta última se basa en la idea de fijeza, de sedentarismo y de delimitación territorial (nacional) de las estructuras sociales (Beck, 2008). La creciente movilidad que atraviesa a los estilos de vida actual, de estar juntos en la distancia, pondría contra las cuerdas los límites de la territorialidad como categoría para pensar en múltiples identidades culturales, las prácticas sociales transnacionales y la pertenencia cosmopolita (Benhabib, 2004; Georgiou, 2010).
Finalmente, se examina en este trabajo si la representación de la inmigración en los medios de comunicación en Uruguay, en el contexto transnacional, aborda el fenómeno migratorio desde una perspectiva más amplia y holística superando las limitaciones del nacionalismo metodológico, que se centra en identidad, territorio y soberanía, para incluir aspectos como la política, la cultura y la economía en un contexto más amplio. Además, se evalúa si estos medios tratan las migraciones como fenómenos uniformes, homogéneos, o si profundizan en las condiciones que generan las migraciones en los países de origen, siguiendo la sugerencia de Sayad (1989).
3. Objetivos y metodología
El recorte definido para el análisis se centra exclusivamente en el año 2018, debido a un cambio en los discursos mediáticos en relación con la movilidad humana durante ese año. En 2018, como ya se mencionó, la movilidad humana comenzó a ser enunciada como una oportunidad para el desarrollo en Uruguay, en lugar de ser percibida como una amenaza, como ocurrió desde 2014 hasta 2017. (Autor).
En este contexto, se llevó a cabo un relevamiento de los siguientes medios de prensa gráfica: El País, El Observador, La Diaria, y los semanarios Brecha y Búsqueda. La elección se basó en su predominancia en ventas durante el periodo observado, según datos del Instituto Verificador de Circulación (IVC) de marzo de 2018 («Caen ventas de diarios papel…», 2018). Se creó una base de datos con 160 piezas informativas categorizadas por géneros noticiosos: carta de lectores, editorial, entrevista, opinión/columna, información, entre otros, y clasificadas según temáticas y fuentes utilizadas. Del total de piezas informativas (160), 70 corresponden a El País, 27 a El Observador, 27 a La Diaria, 27 a Búsqueda y 9 a Brecha.
De la base de datos, se eligieron dos géneros para su análisis: editoriales y columnas de opinión. La elección se fundamenta en que estos géneros reflejan el tejido textual de la opinión, representando «la voz» de la entidad periodística (por lo que es anónima) o del experto en el tema, en el caso de la columna de opinión. Estos géneros plantean juicios y valoraciones sobre hechos pasados mediante diversas estrategias discursivas, analizándolos e interpretándolos con el propósito de orientar o guiar la opinión pública mediante Topoi (lugares comunes). El corpus analizado (véase cuadro 1) consta de 9 piezas (editoriales/opinión) publicadas en los medios observados: El País (3), El Observador (2), La Diaria (2), y los semanarios Búsqueda (1) y Brecha (1).
Cuadro 1: corpus de análisis
Medio | Fecha | Autor | Titular | Topoi |
---|---|---|---|---|
El País |
11/05/2018 |
Hernán Bonilla |
Bienvenidos inmigrantes |
Utilidad/ventaja |
El País |
10/11/2018 |
Francisco Faig |
¿País de inmigrantes? |
Número |
El País |
02/09/2018 |
Luis Alberto Lacalle |
La Venezuela peregrina |
Utilidad y Humanitarismo |
El Observador |
30/10/2018 |
Sin firma (Editorial) |
Los nacionales y los inmigrantes |
Utilidad y Humanitarismo |
El Observador |
14/04/2018 |
Eduardo Blasina |
Uruguay, otra vez país de inmigrantes (cubanos y venezolanos) |
Utilidad/ventaja |
La Diaria |
30/07/2018 |
Luis Rómboli |
«Poder incorporar más trabajadores que elijan a Uruguay para desarrollar su actividad es una oportunidad» |
Utilidad/ventaja; Cultural y Humanitarismo |
La Diaria |
07/06/2018 |
Felipe Arocena |
¿Volveremos a ser un país de inmigración? |
Utilidad/ventaja y Humanitarismo |
Búsqueda |
27/06/2018 |
Guillermo Sicardi |
Contratar más caribeños y menos uruguayos |
Amenaza |
Brecha |
13/07/2018 |
Valeria España |
Estatus indeterminado Incertidumbres de la situación migratoria en Uruguay |
Humanitarismo |
Fuente: elaboración propia a partir de la base de datos de MigraMedios
La migración en Uruguay se ve afectada por la construcción mediática, ya que la sociedad se percibe a sí misma a través de la alteridad migratoria. Los medios uruguayos crean discursos sobre la inmigración no sólo para conocer y reconocer a los migrantes, sino también para comprenderse y reconocerse en relación a los otros.
En este contexto, se argumenta que el lenguaje es intrínsecamente ideológico y actúa como una herramienta capaz de perpetuar o subvertir las estructuras sociales de poder. El Análisis Crítico del Discurso (ACD) se focaliza en las interacciones entre el lenguaje y el poder, abordando dicho análisis desde esta perspectiva. Desde la óptica del ACD, se postula que «el lenguaje carece de poder propio; obtiene su poder por el uso que las personas poderosas hacen de él» (Wodak, 2003:30). Por lo tanto, el ACD se concentra en los discursos generados por individuos o instituciones con poder, desvelando las relaciones de poder ocultas, especialmente en «los discursos que afectan a los oprimidos, marginados y discriminados» (Meyer, 2003:36).
Los medios de comunicación, con su amplio alcance, poseen el poder de moldear no sólo las creencias y actitudes de sus lectores, sino también de la comunidad en general. Mediante el Análisis Crítico del Discurso (ACD), es posible desentrañar los conocimientos, intenciones y prejuicios presentes en los discursos desde una aproximación científica. El ACD revela que no existen discursos neutrales u objetivos, una característica que los medios de comunicación tienden a exaltar constantemente. Además, examina las condiciones y características discursivas que permiten que las ideologías dominantes se manifiesten en los materiales simbólicos mediáticos.
En este análisis, adoptamos los principios de los estudios críticos del discurso según las formulaciones de Van Dijk (1999, 2001, 2003a, 2003b) y Wodak (2003). Esta perspectiva sostiene que los discursos no son entidades verbales independientes, sino interacciones situadas y prácticas sociales arraigadas en contextos sociohistóricos, culturales y políticos específicos. El enfoque del ACD revela cómo, a través del discurso periodístico, se construyen y representan los sucesos sociales y políticos de una región, país o del mundo de manera específica, a veces con una carga ideológica que influye en la formación de modelos cognitivos o interpretativos en una comunidad.
El ACD dirige su enfoque hacia el discurso como unidad de análisis, y la propuesta textual de Van Dijk facilita la labor en tres niveles: microestructura, macroestructura y superestructura, cada uno desempeñando un papel específico en la relación texto-contexto. El primero se relaciona con la sintaxis, la cohesión y la concurrencia de cada oración que compone los párrafos del texto; el segundo aborda el tema, que actúa como eje transversal del texto; y el tercero considera la forma, el género, el marco que determina y exige un estilo, un registro y una producción particulares.
La metodología propuesta destaca la atención al análisis de las macroestructuras (o temas generales) de todas las piezas del corpus, representando el significado global del discurso y apuntando al núcleo esencial del mismo. Aunque los temas no son directamente visibles, se manifiestan comúnmente en titulares, entradillas o conclusiones. Autores como Van Dijk (1999, 2001, 2003b) subrayan la importancia de los temas generales, orientando el discurso e influyendo en la comprensión o en la formación de modelos mentales vinculados al evento tratado. En este paso inicial, se incluyó el análisis de la superestructura, describiendo al periodista o experto que firma la pieza, excepto en editoriales, para comprender la ideología latente en el autor, respaldando una producción específica: el género editorial/opinión. Estos actores son clave para modelar creencias y actitudes en los lectores y la comunidad.
En la segunda etapa, se examinaron las microestructuras centradas en los argumentos (topoi), analizando las estrategias discursivas y las justificaciones que conectan los argumentos con la conclusión pretendida (Wodak, 2003). A pesar de que el discurso abarca diversos medios comunicativos, como oralidad, textos escritos e imágenes, el análisis no se restringe a lo lingüístico, semiótico o pragmático. El Análisis Crítico del Discurso (ACD) sigue tres pasos esenciales: describir, explicar y criticar el problema de análisis, considerando objetivos, participantes, ubicación, usuarios y sus creencias e intereses. El análisis basado en los topoi revela cómo se estructuran los argumentos en discursos políticos, respaldándose en premisas «evidentes» y «suficientes» para respaldar las conclusiones. Estas premisas derivan de marcos de sentido previos y pueden restringir la capacidad del receptor para desarrollar argumentos independientes, presentándose como estereotipadas e inmunes al cuestionamiento.
En síntesis, los topoi permiten a los autores de discursos imponer sus marcos interpretativos y cumplir sus objetivos en el debate político, siendo comunes, generales y graduales. Estos reflejan creencias presentadas como compartidas por la colectividad a la que pertenecen tanto el hablante como el oyente; se presupone que los interlocutores comparten esta creencia cultural, previa al discurso en el que se utiliza. Los topoi, por lo tanto, forman parte del conocimiento compartido entre los participantes de la discusión.
4. Descripción e interpretación de resultados.
En los resultados de otra investigación, se concluyó que medios con posturas ideológicas opuestas podían presentar coberturas similares sobre la temática de inmigración y vivienda, incluso aludiendo a las mismas fuentes informativas (Autor). Al analizar el corpus de este trabajo y examinar la superestructura (género editorial/opinión y firmante de la pieza informativa), se evidencia que las posturas ideológicas del redactor están, en general, alineadas con la línea editorial del medio. Además, se nota que prácticamente todos los medios recurren al mismo lugar común: el topos de utilidad/ventaja. La diferencia radica en las estrategias empleadas para respaldar sus posiciones ideológicas y en los matices de los argumentos.
Los periodistas o expertos resaltan un argumento común basado en la cantidad de solicitudes y entregas de residencias en los últimos tres años (2016/2018): Uruguay tiene la oportunidad de recuperar su estatus como país receptor de inmigrantes, lo que plantea tanto oportunidades como desafíos, especialmente en un contexto político y económico global complejo. Esta macroestructura temática es compartida, aunque con matices, por todos los actores que firman las publicaciones. Aunque la inmigración es el tema central, los hilos discursivos pueden referirse a aspectos económicos, jurídicos, culturales, entre otros. A continuación, se analizarán los hilos discursivos derivados del tema de la inmigración en diversos medios, para examinar la agenda que establecen según los actores firmantes y su ubicación ideológica (como «liberales», «independientes», «no partidarios», «progresistas», etc.), configurando así su discurso en el género editorial/opinión.
4.1. Periódico La Diaria
La Diaria, con una línea editorial independiente y un modelo de gestión cooperativista, presenta un artículo titulado «La llegada de migrantes a Uruguay representa una oportunidad que requiere un 'cambio cultural' y adecuación normativa», firmado por Luis Rómboli, secretario de redacción y graduado de la Universidad de la República (Udelar). Otra pieza, firmada por Felipe Arocena, doctor en ciencias humanas y profesor titular del Departamento de Sociología de la Udelar, aborda temas como: ¿Volveremos a ser un país de inmigrantes?, ¿Está preparada la sociedad uruguaya para recibir inmigrantes en números significativos?, y ¿Qué podrá ocurrir con un proceso inmigratorio más intenso? Ambas piezas mantienen un tono positivo y comparten los mismos lugares comunes (topoi): utilidad/ventaja y enfoque humanitario. El primero implica que, desde un punto de vista concreto y relevante, si una acción es útil, debe llevarse a cabo. Por ejemplo, en el artículo de Rómboli, se destaca la necesidad de un cambio cultural y se presenta la oportunidad que representa la incorporación de más trabajadores que eligen a Uruguay para desarrollar sus actividades. Arocena señala que los inmigrantes pueden enriquecer la cultura, la economía y la demografía, planteando que la inmigración puede ser tanto una necesidad como una oportunidad para Uruguay.
El segundo topoi, el humanitarismo, se resume como sigue: si una acción o decisión política es compatible con los derechos humanos o con las convicciones y valores humanitarios, deberíamos llevarla a cabo o respaldarla, y viceversa. Este topoi puede aplicarse en situaciones que involucren argumentos a favor o en contra de la igualdad y discriminación, así como del reconocimiento de diferencias basadas en raza, etnia, religión, género u otras características. Sin embargo, la aplicación del topoi en el contexto general y las noticias varía y puede ser utilizada tanto para legitimar las iniciativas estatales como para desacreditarlas, dependiendo de si beneficia o no al gobierno. Rómboli destaca las declaraciones de Alba Goycoechea, responsable de la oficina de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), que resalta cómo las mujeres inmigrantes enfrentan discriminación y dificultades psicológicas debido a la falta de protección y la separación de sus familias. Arocena hace referencia a la Ley 18.250 de 2008, que reconoce explícitamente el derecho a migrar y establece que «el Estado respetará la identidad cultural de los inmigrantes y sus familias y fomentará que mantengan vínculos con su país de origen».
La estrategia discursiva de Rómboli y Arocena se basa en intensificar la fuerza ilocucionaria de las afirmaciones de las voces presentadas para modificar la posición epistémica, es decir, el conocimiento, creencia o certeza que alguien tiene sobre la proposición «los migrantes no son una amenaza, son una oportunidad para el desarrollo». La ilocución se refiere a la función o acción que se lleva a cabo al realizar un enunciado. Por ejemplo, si afirmo «te prometo que estaré allí a las 3 p.m. », la ilocución es el acto de prometer. En el texto, se identifican actos de habla ilocucionarios como: a) declaraciones (se realizan afirmaciones sobre la importancia de la migración para el desarrollo del país, la necesidad de un cambio cultural, la existencia de desafíos en la lucha contra la discriminación, la defensa de la igualdad de derechos y la necesidad de una reforma de la seguridad social); b) expresiones de deseo (se manifiesta el deseo de cambiar las tendencias en la situación demográfica del país y de poder incorporar más trabajadores que elijan a Uruguay para desarrollar su actividad); y c) expresiones de opinión (se presentan opiniones sobre la política migratoria de Uruguay, la Ley de Migraciones y la situación de los trabajadores migrantes).
4.2. Semanario Brecha
En el caso de Brecha, un semanario político independiente de izquierda, se examina la política migratoria de Uruguay, resaltando la indeterminación y las restricciones estatales que propician la formación de mercados paralelos. La columna de opinión está firmada por Valeria España, doctora en derecho y ciencias sociales, y socia fundadora del Centro de Promoción y Defensa de Derechos Humanos. Además de ser columnista de La Diaria, España incorpora el topoi humanitarista para fundamentar las decisiones de inclusión y exclusión política.
La argumentación de España se enfoca en la falta de coherencia y eficacia de la política migratoria uruguaya, destacando la vulnerabilidad resultante para los migrantes al negarles acceso a documentos de identidad, empleo formal, vivienda digna y protección legal. Según ella, la omisión estatal, como la denegación a los solicitantes cubanos de obtener una cédula de identidad, junto con las recomendaciones para renunciar a la solicitud de refugio y solicitar una visa, pone en peligro la vida de las personas y alimenta un mercado ilegal, paralelo, de mafias y corrupción.
A diferencia de los enfoques de La Diaria, el tono de opinión en este caso es negativo, ya que cuestiona la política migratoria de Uruguay y la situación de los migrantes en el país. El discurso utiliza términos valorativos, como «explotación laboral», «racismo», «precariedad habitacional», «burocracia e indeterminación estatal», con el objetivo de generar empatía y conciencia sobre la difícil situación de los migrantes. Se destaca la importancia de proteger sus derechos y garantizar su acceso a una vida digna en el país.
En resumen, los firmantes de Brecha y La Diaria comparten una línea ideológica próxima, siendo periodistas y expertos con formación en ciencias sociales y una postura humanitaria. También emplean una estrategia discursiva similar, apelando a los mismos topoi y construyendo un discurso que busca establecer la inmigración como una necesidad y oportunidad, considerando los derechos y el marco normativo según la agenda de cada medio. Además, tanto España como Arocena y Rómboli enfatizan la falta de una política migratoria clara y organizada por parte del Estado.
4.3. Periódico El País
Durante el periodo de 2014 a 2017, El País cuestionó de manera más contundente las políticas migratorias del gobierno del Frente Amplio (Autor). Sin embargo, a partir de 2018, se observa un cambio en su postura discursiva, alineándose con el resto de los firmantes y medios al emplear el mismo topoi recurrente: utilidad/ventaja. Además, en este medio encontramos una columna de opinión firmada por Faig, que confronta al gobierno de izquierdas de ese momento con un tono similar al mantenido durante 2014/17; y otra columna firmada por Bonilla, donde se presenta, paradójicamente, un argumento más progresista a favor de la inmigración.
El 11 de mayo de 2018, Hernán Bonilla publica «Bienvenidos, inmigrantes». Bonilla, con formación en economía por la Udelar, es presidente y fundador del Centro de Estudios para el Desarrollo (CED) y profesor de Economía y Sociedad Uruguaya en la Facultad de Administración y Ciencias Sociales de la Universidad ORT. Además, es columnista del diario El País y miembro del Consejo Académico de la Fundación Internacional para la Libertad, presidida por Mario Vargas Llosa, y de la Fundación Libertad y Progreso de Buenos Aires. Como se puede observar, el perfil de Bonilla difiere de los firmantes en La Diaria y Brecha, pero emplea el mismo topoi de utilidad/ventaja para fundamentar su argumento. Él sostiene que la inmigración aporta beneficios económicos y sociales, contribuyendo al crecimiento económico, aportando conocimientos y rejuveneciendo la sociedad. Además, destaca, como ningún otro periodista o experto, que:
quizás lo más relevante sea el beneficio en términos sociales y culturales, ya que los inmigrantes nos ayudan a diversificar nuestra sociedad, a ampliar el horizonte y a volver a ser un país más abierto en términos ya no solo comerciales sino también mentales. La riqueza cultural es una parte nada menor del aporte de los inmigrantes y puede ser muy relevante para romper con nuestra gris monotonía y esclerosante conservadurismo (Bonilla, 2018).
Por otra parte, Bonilla vincula el fenómeno migratorio con el contexto y la discusión global, enmarcándolo dentro de la división ideológica y política a nivel mundial. Hace referencia a líderes como Merkel y Trump para ilustrar la diversidad de posturas políticas en torno al fenómeno. Luego, presenta argumentos que respaldan una postura abierta y receptiva hacia los inmigrantes en Uruguay.
La estrategia retórica empleada por Bonilla revela matices y diferencias en comparación con Brecha y La Diaria. Como presidente del CEO, centro en el que también colabora como investigador el presidente del diario El País, Martín Aguirre, Bonilla adopta una postura liberal para justificar términos valorativos como «libertad que ansían», «posibilidad de prosperar económicamente», «talante liberal y abierto», «actitud abierta y receptiva», y «tradición liberal y abierta del país». Estos términos resaltan aspectos beneficiosos de la migración y describen a los inmigrantes de manera favorable, basándose en el topoi de utilidad. Al mismo tiempo, utiliza términos negativos como «consecuencias negativas del retroceso del liberalismo», «regímenes oprobiosos de sus países», «formidable virus de la ignorancia y la xenofobia», «oportunista que vea un botín electoral», «actitud negativa hacia este asunto», y «fenómeno lamentablemente incierto», para expresar preocupaciones sobre ciertas actitudes y fenómenos asociados con la migración, particularmente en relación con la inclusión/exclusión política.
En una línea muy similar a la de Bonilla, el expresidente de Uruguay, Luis Alberto Lacalle (1990/1995), publicó el 2 de septiembre una columna de opinión titulada «La Venezuela peregrina». Recordemos que, durante su gobierno, se eliminaron los consejos de salarios, no se implementaron políticas de redistribución de la riqueza y se expresó la voluntad de privatizar entes públicos.
Lacalle, al igual que en los casos previos, emplea los topoi de ventaja/utilidad y humanitarismo para abogar por la inmigración venezolana. Las sutilezas retóricas, al igual que Bonilla, revelan críticas hacia la izquierda. Lacalle categoriza positivamente a los refugiados venezolanos y a los países que los acogen, utilizando un lenguaje negativo para describir la situación en Venezuela y los regímenes de izquierda que, según él, causaron la crisis. «Solo regímenes muy perversos, aún más cuando se disfrazan de pueblo y de causas justicieras, pueden fundir naciones, hundir potencialidades, pero lo han logrado» (Lacalle, 2018). Su discurso adopta un tono liberal y utilitarista sobre la inmigración venezolana: «No sabemos cuántos venezolanos hay o habrá entre nosotros, ojalá sean muchos. Primero porque aportarán trabajo y consumo a una sociedad que mucho los necesita. ¡Bienvenida Venezuela peregrina! ¡Bienvenidos nuevos compatriotas!».
Finalmente, la columna de Faig, «¿País de inmigrantes? », cuestiona el saldo migratorio, discute cifras y critica abiertamente el gobierno de la izquierda en ese momento, usando el topoi de números. Este topoi asume que, si los números respaldan un tópico, deberá realizarse o no realizarse una acción concreta. Faig lo emplea de manera crítica, sugiriendo que la izquierda utiliza datos no verificados empíricamente para respaldar su postura sobre la inmigración, convirtiendo este topoi en falaz en su columna de opinión.
Faig cuestiona los datos de solicitudes de residencia y saldo migratorio en Uruguay entre 2017 y 2018, preguntándose: «¿Cuántos son los extranjeros que están residiendo en el país?» y se responde: «Prepárese para una nueva gran mentira en este año electoral: gracias al Frente Amplio en el poder y a que somos referencia de crecimiento en la región, nos transformamos en receptores de grandes corrientes migratorias internacionales» (Faig, 2018). Francisco Faig se formó en el Instituto de Estudios Políticos de París y tiene un máster en Artes Liberales de la Universidad Adolfo Ibáñez de Chile. Además, fue edil del departamento de Río Negro y catedrático asociado de historia, política y sociedad en la Universidad ORT Uruguay. Actualmente, es columnista editorial del diario El País, panelista en Todas las Voces de Canal 4 y profesor en la Universidad ORT Uruguay.
La columna de Faig adopta un tono negativo y emocional en su estrategia discursiva, dirigida al gobierno de izquierda del Frente Amplio. Argumenta que la percepción de Uruguay como un país de oportunidades para la inmigración es una fantasía promovida por la izquierda. Sostiene que, en realidad, los uruguayos continúan emigrando como hace dos décadas, y que la llegada de extranjeros no es tan significativa como para considerar a Uruguay como un gran receptor de inmigración. Faig desacredita los mitos progresistas, considerándolos puras mentiras, lo que refleja su escepticismo hacia las políticas y narrativas de la izquierda.
4.4. Semanario Búsqueda
En junio de 2018, Guillermo Sicardi publicó una columna provocadora titulada «Contratar más caribeños y menos uruguayos». Sicardi, fallecido en julio de 2023, se dedicó por más de una década a escribir en Búsqueda, abordando temas económicos y destacando el papel del emprendedor, las mejores prácticas en management, el gerenciamiento de la cosa pública y las tendencias en innovación, consumo y comportamiento del consumidor. Miembro de Business Partner en MarketingTech, donde realizaba «resultoría», no solo consultoría, como se detalla en su LinkedIn[3].
En consonancia con Faig, Sicardi critica al gobierno frenteamplista y al sindicato de trabajadores (PIT-CNT), argumentando que han promovido la cultura del no trabajo, del mal servicio, de la irresponsabilidad, la envidia y el odio al empresario. Sostiene que este sistema de estímulos premia a los menos aptos en lugar de a los mejores, generando desincentivos a la excelencia y promoviendo la mediocridad. Destaca las habilidades «blandas y duras» de los caribeños que llegaron a Uruguay en contraste con la pérdida de competencias y actitudes positivas en los uruguayos. Concluye instando a los uruguayos, si quieren tener más empleo, a que «pongan una sonrisa en la cara, estudien, aprendan y agradezcan todos los días a su empleador la oportunidad que les está dando». (Sicardi, 2018).
El lugar común en la retórica de Sicardi se basa en el temor laboral y la percepción adversa de la población uruguaya hacia la inmigración, resaltando la competencia en el mercado laboral. Su estrategia argumentativa se enfoca en la «predicación», etiquetando a los actores sociales (uruguayos, caribeños, sindicatos y gobierno) de manera positiva o negativa. Utiliza atribuciones estereotípicas y valorativas para destacar rasgos que considera negativos o positivos, influyendo en la construcción de opiniones sobre los mismos.
En resumen, la retórica utiliza términos valorativos para describir a los actores y eventos, como «uruguayos ociosos» versus «caribeños emprendedores». También, comunica una carga emocional adversa hacia la coyuntura actual, atribuyéndola al gobierno del Frente Amplio y a los sindicatos, al tiempo que proyecta una carga emocional positiva hacia los inmigrantes caribeños. Esta estrategia discursiva puede suscitar diversas emociones en los lectores, dependiendo de sus perspectivas y vivencias personales.
4.5. Periódico El Observador
La columna de Eduardo Blasina, «Uruguay, otra vez país de inmigrantes (cubanos y venezolanos)», resalta las oportunidades y desafíos de la renovada condición de Uruguay como país receptor de inmigrantes. Aborda la integración, el trabajo y la convivencia, señalando la difícil situación en Cuba y Venezuela. Blasina destaca la creciente desocupación, la llegada de personas de otros países a trabajar y los salarios atractivos. También, menciona que diversos sectores encuentran en los inmigrantes una fuente de trabajadores, representando un desafío para muchos uruguayos sin secundaria completa. Además, subraya que cada inmigrante que llega recomienda a compatriotas abandonar la miseria en Cuba y Venezuela para trasladarse a Uruguay (Blasina, 2018).
Blasina, experto en economía agraria, docente y comunicador, dirige la consultora Blasina y Asociados, asesorando a inversores en la agricultura uruguaya. Además, es columnista de El Observador, donde analiza oportunidades para Uruguay en el siglo XXI. Este medio, fundado por Ricardo Peirano en 1991 con una línea editorial independiente, fue adquirido en mayo de 2022 por los inversores argentinos Gerardo Werthein y Gabriel Hochbaum.
El tono de la columna de Blasina busca mantener la neutralidad al presentar diversas perspectivas y experiencias vinculadas a la inmigración en Uruguay. Emplea una estrategia discursiva de «predicación», calificando a los actores de manera más o menos positiva, asignando una carga valorativa a los rasgos negativos o positivos de sus países de origen. La carga emocional de su discurso se basa en experiencias personales, narrando cómo los inmigrantes enfrentaron la opresión en sus lugares de origen, llenando sus vivencias de emociones como la frustración, el anhelo de libertad y la esperanza de hallar mejores oportunidades. Además, se apoya en las emociones expresadas por los inmigrantes, resaltando la preocupación por la integración, el agradecimiento por las oportunidades en Uruguay, la solidaridad entre los inmigrantes y el temor a posibles conflictos.
En octubre de 2018, El Observador publica el editorial «Los nacionales y los inmigrantes», sin firma. Bajo el tópico de utilidad/ventaja, resalta que los inmigrantes tienen un impacto positivo en la economía y sociedad uruguaya. Asimismo, emplea el tópico humanitarista para argumentar que, siendo un país de inmigrantes, Uruguay debería recibir a los nuevos llegados con apertura, evitando dicotomías con los nacionales y facilitando su integración. Argumenta que, en la realidad global del siglo XXI, Uruguay debe prepararse para cambios estructurales en su población. La carga emocional en el discurso busca generar empatía hacia los inmigrantes y fomentar una actitud acogedora y aceptante en la sociedad uruguaya.
5. Discusión y conclusiones
El análisis del corpus destaca que, a pesar de que la mayoría de los medios respalda la inmigración utilizando topoi de utilidad/ventaja y humanitarismo, se evidencian notables diferencias en las estrategias discursivas. Mientras La Diaria y Brecha enfatizan los derechos humanos, El País, Búsqueda y El Observador se centran en la libertad de mercado, los beneficios empresariales y los fracasos de la izquierda a nivel regional y local. Estos discursos se respaldan en periodistas o expertos reconocidos por su experiencia en sus respectivos campos y en el ámbito mediático, alineando sus posturas ideológicas con las líneas editoriales de los medios analizados.
El análisis de las macroestructuras en la superestructura periodística, al explorar las microestructuras, revela las estrategias discursivas de los redactores, permitiendo la expresión de ideologías mediante recursos simbólicos mediáticos. En ocasiones, los titulares replican esquemas ideológicos predominantes, confiriendo legitimidad o deslegitimidad a los referentes. En este contexto, el mensaje clasificado en la macroestructura puede desviarse en ciertos casos del mensaje asociado a las microestructuras, tal como se evidencia en las contribuciones de Sicardi, Faig o Blasina.
Es esencial resaltar que ninguna de las piezas analizadas subraya el derecho a migrar, conforme a lo establecido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948. Esta Declaración, adoptada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, proclama el derecho a la migración como un ideal común. La omisión del topoi de «justicia» basado en la exigencia de «iguales derechos para todos» es notoria. Si migrar es un derecho reconocido, los Estados deben garantizarlo, asegurando el respeto a la diversidad cultural y proporcionando protección integral a los grupos de migrantes en situación de vulnerabilidad.
Los resultados del análisis indican que, aunque el término inmigrantes se ubica mayormente en encuadres considerados positivos, como la contribución económica o el fortalecimiento de la pirámide poblacional, algunos firmantes presentan la migración dentro de un marco de conflicto o amenaza para la sociedad receptora. Sin embargo, ninguna columna o editorial, a excepción de Bonilla y después de exponer los argumentos previamente señalados, aborda la inmigración como una aportación social y cultural esencial para el país. Se omite destacar en las piezas analizadas que la inmigración constituye una contribución que nos permite entender el mundo de una manera diferente y transnacional.
Del análisis no se desprende que los autores de las piezas estén informando a la sociedad que no solo los países con gobiernos de izquierda, como Cuba o Venezuela, expulsan personas, sino que también los países afectados por crisis derivadas de políticas neoliberales son los principales proveedores de una mano de obra flexible, precarizada y no sindicalizada que acepta bajas remuneraciones. Estas dinámicas económicas estructurales explican las nuevas modalidades que adquiere la migración internacional, y en los países receptores, cubren sus requerimientos de fuerza laboral. La continuidad de estas dinámicas no se aseguraría sin políticas migratorias restrictivas y discursos políticos que presenten al inmigrante como una amenaza, impidiendo que adquiera derechos de ciudadanía, como ocurre en EEUU o Europa. Este marco jurídico e ideológico garantiza mantener al inmigrante bajo el estatus de «ilegal o irregular», permitiendo remuneraciones bajas y eximiendo a los empresarios y al país receptor de asumir costos de vivienda, salud o educación.
En resumen, no se analiza cómo la globalización incide en las relaciones y estratificación sociales, dando forma a grupos que ya no pueden entenderse sólo dentro de las fronteras estatales. Wagner destaca que las migraciones son diversas y no uniformes, especialmente al no examinar las condiciones de producción en los países de origen, y se ven afectadas por la desigualdad en los procesos de movilidad. Es esencial que los medios proporcionen marcos interpretativos para comprender la heterogeneidad de la movilidad y las estrategias de reproducción social en diferentes clases sociales en el ámbito transnacional.
La globalización configura un escenario global de estratos sociales, donde diversas posiciones buscan aprovechar oportunidades estratégicas. Sin embargo, estas posiciones se ven restringidas por sistemas nacionales que regulan el movimiento humano y facilitan la libre circulación de capitales, no de individuos. Esta limitación dificulta la práctica de una ciudadanía transnacional, que constituiría un ámbito de acción política y legal más allá de las referencias identitarias del Estado-nación, denominado nacionalismo-metodológico.