Informatio
27(1), 2022, pp. 371-375
ISSN: 2301-1378
DOI: 10.35643/Info.27.1.14

Reseña


 

Francinne, G.; Tanus Janicy, T.; Pereira Rocha, A.; Lansoni Wey Berti, C. (eds.). (2021). Práticas informacionais em diálogo com as ciências sociais e humanas. Florianópolis: SC Rocha Gráfica e Editora Ltda.

Michela Montesi1 ORCID: 0000-0002-5509-2075

1 Departamento de Biblioteconomía y Documentación, Universidad Complutense de Madrid. Correo electrónico: mmontesi@ucm.es.

 

La monografía objeto de la presente reseña recopila 17 capítulos más una presentación, un prólogo y un esclarecedor epílogo, sobre la temática de las prácticas informacionales, todos caracterizados, en mayor o menor medida, por un marcado carácter teórico. Por este carácter teórico y su estructura en capítulos, la obra recuerda a la recopilación de contribuciones que Fisher, Erdelez y McKechnie editaban en el año 2005 bajo el título de Theories of information behavior, aunque existen diferencias entre una y otra, algunas evidentes como la propia extensión de los capítulos, que es más amplia en la monografía que nos concierne en este momento, y otras menos evidentes, como el carácter de las contribuciones. En el trabajo que coordinan Tanus Janicy, Pereira Rocha y Lansoni Wey Berti, las teorías relevantes para el análisis de las prácticas en información se desarrollan desde una perspectiva teórica interdisciplinaria – de aquí la mención a las Ciencias Sociales y Humanas en el título -, con referencias a teorías desarrolladas tanto en Information Science como en otros ámbitos, desde la antropología (“teoría de la cognición distribuida”), la sociología (“sociología de la

ausencia” o “sociología de la emancipación”), la comunicación, la pedagogía y la filosofía, mientras que, en Fisher et al. (2005), las teorías tratadas se desarrollan a partir de trabajos empíricos realizados expresamente para conocer e investigar el comportamiento en información. En este sentido, la obra que estamos analizando apuesta por dejar de lado aplicaciones prácticas concretas y las recomendaciones metodológicas necesarias para llevar a la práctica los supuestos teóricos analizados, excepto por unas breves referencias a los trabajos empíricos que, inspirados en la escuela brasileña liderada por Carlos Alberto Ávila Araújo e Adriana Bogliolo Sirihal Duarte, se citan en el epílogo, y por el breve relato de la experiencia de trabajo de campo que da Silva Prudencio comparte con los lectores en uno de los capítulos finales. Por otro lado, varios capítulos ofrecen pautas para la hermenéutica y la interpretación de fenómenos informacionales del día a día a la luz de teorías específicas. Si en el capítulo de Lansoni Wey Berti la experiencia de la pandemia de Covid-19 demuestra cómo la adquisición de nuevo conocimiento es capaz de moldear las prácticas sociales, en el de Lage Martins los procesos informacionales en las redes sociales se presentan como corresponsables del deterioro del tejido social, porque propician guerras híbridas y manipulaciones. Grigoleto, Leandro da Mata y Vechiato se centran en los entornos digitales propios de la sociedad de la información, y Weber y Soares Pinto Ferreira analizan las nuevas culturas de la conversación que integran fotografías y emoticones. Otros capítulos, por otro lado, identifican colectivos susceptibles de atención por parte de la investigación como, por ejemplo, los grupos caracterizados por la desigualdad y la invisibilidad social (Rabello), las comunidades digitales (Pereira de Carvalho y Veras Nunes), y las personas transexuales (Melo Pinto), o proponen cambiar la mirada y optar por la tecnodiversidad para poner en cuestión la visión eurocéntrica de la sociedad y de los fenómenos informacionales (de Almeida; de Siqueira). De esta manera, las propuestas teóricas que integra la monografía consiguen plantearse como relevantes en la sociedad actual e implicadas con ella. Quienes se inicien a la investigación encontrarán la obra inspiradora y enriquecedora, porque tendrán a disposición herramientas conceptuales para interpretar el mundo a su alrededor.

Sin embargo, también es posible que echen en falta un enfoque más pragmático y directrices prácticas concretas para llevar a cabo sus investigaciones, saber aplicar diferentes teorías a casos específicos, y aprender a posicionarse como investigadores en las dinámicas de co-construcción de la información y el conocimiento que la monografía defiende.

Una recomendación para toda persona que se aproxime a la obra es empezar la lectura por el epílogo, en particular porque aporta información que permite comprender el resto del libro y su carácter marcadamente teórico. Dicho carácter teórico, explica Ávila Araújo, fue una opción explícita cuando, en el año 2005, al definir el programa de la asignatura de Usuarios de Información en las titulaciones ofertadas en la Universidade Federal de Minas Gerais, se constató la ausencia de fundamentos teóricos y conceptuales en la literatura previa sobre los estudios de usuarios. Desde entonces, bajo su liderazgo y el de Bogliolo Sirihal Duarte, desafortunadamente desaparecida, se ha ido definiendo una línea de investigación sobre usuarios de información que ha conseguido involucrar a otros investigadores brasileños, contando además con la colaboración de investigadoras latinoamericanas y españolas. La monografía objeto de esta reseña es el resultado de estos esfuerzos.

Como todo buen trabajo de investigación, este también deja abiertas nuevas líneas de inquisición y quizás las más apremiantes, a pesar de su carácter teórico, sean precisamente de tipo conceptual. En la monografía, las coordinadoras y el conjunto de autores apuestan por las prácticas informacionales para hacer hincapié en la interacción entre individuo y sociedad, dando relevancia a la influencia de la cultura en las prácticas humanas, incluidas las relacionadas con la información, y enfatizando la transición del cognitivismo propio de la investigación en comportamiento informacional – según argumentan - al constructivismo como mecanismo de formación del conocimiento. Todos los capítulos presentan gran coherencia en este sentido, aunque, en uno de los últimos, da Silva Prudencio afirma expresamente que el concepto de prácticas informacionales sigue en construcción. En este trabajo de construcción del concepto, quizás una primera cuestión que se debería abordar es la necesidad de redefinir términos como “estudios de usuarios” y “usuarios de información” en el marco de las prácticas

informacionales, porque en varios capítulos se siguen utilizando a pesar de su connotación más clásica vinculada a los sistemas de información y las bibliotecas como entornos privilegiados de los procesos informacionales. Aunque la integración de diferentes términos convierte a la monografía en un espacio plural en el que coexisten formas alternativas de abordar el objeto de investigación, sería importante explicar cómo se concilia el rol de “receptores de un servicio” que implica el concepto de “usuarios de información” con la perspectiva humana y social – holística diríamos – que proponen las prácticas en información y con la idea de la información como co-construida por parte de individuos y comunidades. Una segunda cuestión se plantea para todas aquellas personas que seguimos denominando nuestras líneas de investigación comportamiento informacional, comportamiento en información o incluso comportamiento humano en información (Human Information Behavior). En la literatura internacional el information behavior y information practices se consideran prácticamente sinónimos, aún con sus matices específicos (Case y Given, 20: p. 6), y una búsqueda de los dos conceptos en Scopus muestra no solo la superioridad del concepto de information behavior en términos de producción, sino además una evolución en paralelo al de information practices. Sin embargo, la perspectiva que transmite la monografía es que el modelo de las prácticas informacionales vaya más allá del modelo del comportamiento en información, por tener en cuenta la dimensión social y cultural de los procesos de construcción de la información y el conocimiento. A este propósito, cabe añadir que la investigación sobre comportamiento informacional no solo propone en la actualidad una perspectiva amplia, abierta al contexto social y cultural, y sensible con la condición humana en su totalidad (Cibangu, 2015), sino que integra además elementos biológicos propios de la condición humana, como demuestra la abundante literatura sobre comportamiento en información en el marco de la salud. La presente monografía hace hincapié en el binomio sociedad e individuo cuando contextualiza las prácticas informacionales en el marco de las ciencias sociales y humanas, sin embargo, no alude al ser humano como ser vivo y parte del entorno natural que le rodea. En conclusión, si la monografía marca un hito en la investigación sobre estudios de usuarios por atreverse a proponer un concepto

de información determinado por prácticas humanas de tipo social, cultural e informacional, y co-construido, y por introducir una visión altamente interdisciplinaria, deja pendiente un trabajo de integración explícita con su pasado (en particular, los estudios de usuarios) y su presente (la investigación realizada al amparo del comportamiento informacional), que puede representar precisamente el punto de partida de nuevas aventuras investigadoras.

Referencias bibliográficas

Case, D.O., Given, L.M. (2016). Looking for information: a survey of research on information seeking, needs, and behavior. Bingley, UK: Emerald Publishing.

Cibangu, K.S. (2015). A new direction in information science research: making information science a human science. Information Research, 20(3), paper 686. Rcuperado de: http://InformationR.net/ir/20-3/paper586.html [Consulta: 03/03/2022]

Fisher, K. E., Erdelez, S., & McKechnie, L. E. (eds.) (2005). Theories of information behavior. Medford, NJ: Information Today, Inc.

 

Notas del editor

El responsable por la publicación del presente manuscrito es el editor Prof. Mario Barité.

 

Nota contribución autoral

La presente reseña fue elaborada únicamente por su autora.