Informatio
26(2), 2021, pp. 1-6
ISSN: 2301-1378
Dossier temático: Biblioterapia
1 Facultad de Información y Comunicación, Universidad de la República. Uruguay. Correo electrónico: cristina.deberti@fic.edu.uy.
La complejidad que es inherente al tema de la lectura y sus efectos, hace que su abordaje sea, necesariamente, interdisciplinario. En los últimos catorce años hemos transitado por el fascinante mundo de la lectura desde diversos ángulos; el psicoanálisis, la lingüística, la antropología de la lectura, la sociología, la bibliotecología y las neurociencias. Los interrogantes que se nos planteaban a cada paso, nos motivaban a explorar otros territorios, desconocidos, novedosos, y a generar lazos con mediadores de lectura, bibliotecólogos, educadores, psicólogos, y estudiantes ávidos de conocer y ampliar la mirada.
La lectura, el acto de leer, y todo lo que se genera en torno a ella deberían tener una mayor profundidad y visibilidad en la malla curricular de la ciencia de la información. Consideramos que el aspecto humanístico de nuestra disciplina, así como el aspecto social, son áreas fundamentales que deberían ser aún más desarrolladas y profundizadas para lograr una adecuada articulación con los aspectos tecnológicos.
Numerosos trabajos dan cuenta de la función de la lectura como reparadora del tejido social, en situaciones de crisis como las guerras, desastres naturales, exilios, y todo tipo de situaciones traumáticas que necesitan de una suerte de envoltura de palabras para lograr simbolizar, poner nombre a lo innombrable, a aquello que nos ha dejado mudos y paralizados en algún duro momento de nuestras vidas.
El giro que ha dado la teoría de la lectura a partir de los últimos años de la década del 60, con el aporte de Hans Jauss (1971) y Wolfgang Iser, los estudiantes alemanes que se rebelan contra la idealización del texto y del autor, ha generado una mirada mucho más amplia y más rica en relación al protagonista del acto de leer: el lector. “¿Quién lee?” es la pregunta, sustituida por la anterior: “¿Qué lee”?, confiesan estos jóvenes investigadores. Todo lector –afirman- es también autor de una mirada sobre el mundo, dado que no existe una lectura pasiva, sino que cada uno resemantiza el texto de acuerdo al espacio socio-cultural e histórico que habita. Democratizar la lectura y los bienes culturales en general, dar de leer, quitando los mármoles que la sacralizan para que llegue a todas y a todos los seres humanos, no como la panacea universal que nos va a librar del sufrimiento, sino como una herramienta más a la que echar mano en caso de desasosiego.
La práctica de la biblioterapia admite las más diversas modalidades, viste atuendos diferentes en las diferentes latitudes del planeta, y ese el desafío que nos propusimos al preparar este dossier: mostrar las diversas modalidades de una práctica que si bien es milenaria, ha cobrado mayor relevancia en este siglo XXI. La respuesta no la tenemos, por eso la invitación a recorrer las páginas que siguen y nos acompañen en el recorrido para comprender un poco más de un fenómeno asaz singular.
El presente dossier presenta seis contribuciones que dan cuenta de la diversidad, las diferencias de aplicación y las semejanzas en los efectos.
El artículo de Sarah Mc Nicol y Liz Brewster que abre el dossier nos brinda un amplio recorrido sobre la biblioterapia en el Reino Unido, cuya trayectoria es emulada en varios países de habla inglesa. Un riguroso recorrido histórico que abunda en detalles acerca de cada uno de los tres modelos que difieren entre sí, su desarrollo y evolución. Books on Prescription es desarrollado por profesionales de la salud mental quienes seleccionan textos de autoayuda fundamentalmente, con un enfoque más cognitivo conductual y directivos, que ponen el énfasis en el texto y su mensaje. El segundo modelo llamado Shared Reading, si bien selecciona textos de ficción, comparte con el primero el hecho de poner el énfasis en el texto y no en el lector. Es en el tercer modelo, Kirkless model, que pone el énfasis en las necesidades de los lectores, quienes están en el centro del interés de los bibliotecólogos. Tiene en cuenta los aspectos sociales, las condiciones de vida y emocionales de los lectores. En este encuadre más flexible, se ponen en juego otros recursos, como imágenes, objetos, videos, lo cual hace que la noción de texto se amplíe. La biblioterapia centrada en la persona –así es denominada por los colegas en el Reino Unido- permite un encuadre móvil, acorde a las necesidades de los usuarios. Detallado, riguroso y exhaustivo trabajo que denota la experticia de las autoras y arrojan luz sobre la situación de la disciplina en su país.
El trabajo de la psicoanalista argentina Diana Paris, está enmarcado en la actual situación de pandemia por COVID-19 y en la drástica transformación del estilo de vida de todos nosotros. Ella articula la expansión de la peste bubónica en la Edad Media, narrada por Bocaccio, con la actual situación sanitaria que ha paralizado al mundo. Ante el aislamiento, el pánico, la soledad, Paris apuesta al encuentro en la sesión de biblioterapia, ya sea individual o grupal, pues siempre se está con otra/o que oficia de facilitador desde una escucha atenta y delicada, construyendo un espacio transicional, que a la vez construye o reconstruye al paciente en su subjetividad.
La problemática es compleja, las causas multifactoriales, por tanto su abordaje es interdisciplinario: psicoinmuno-endocrinología, psicoanálisis, biblioterapia. Propone la literatura como factor de inmunoalfabetización, de manera de desbloquear el pensamiento operatorio y relanzar la capacidad metafórica que permite simbolizar el dolor. Ilustra la teoría con el relato de la experiencia llevada a cabo como coordinadora de un taller en Nueva Helvecia (Colonia, Uruguay) dirigido a personal de la salud. En el mismo se compartían lecturas y se invitaba a escribir, a partir de algunas frases que funcionaban como disparadores. Cambiar la farmacia por la biblioteca es su propuesta, en la cual apreciamos en la autora un profundo conocimiento del psicoanálisis y de las obras literarias.
“Cuando leemos estamos en compañía de algo mayor” nos dice la psicoanalista Patricia Bohrer en su trabajo, y el despliegue de su praxis así nos lo demuestra. Preocupada y ocupada en trasmitir y fomentar la capacidad poética entre generaciones y grupos, fundamentalmente en momentos de crisis sociales. Anclada en la situación actual de su país, Brasil, donde la crisis sanitaria por la pandemia ha cobrado numerosas víctimas y el entorno social se ha visto desgarrado. Su trabajo con niños y jóvenes no se limita solamente a los textos, sino que se vale de varios soportes que incluyen diversas manifestaciones del arte.
Enriquece su artículo con la descripción de tres situaciones clínicas finas y esclarecedoras: la primera con niños pequeños enfrentados a unos textos e imágenes que generan el asombro ante aquello que permanecía oculto y de pronto irrumpe en el psiquismo infantil brindando la posibilidad de descubrir y nombrar las intensas emociones e inquietudes que atraviesan los pequeños. En una segunda viñeta clínica, la autora ilustra la intervención con adolescentes a través de textos de manga, que generan incomodidad en el público adulto, y por tanto resulta un desafío enorme para el psicoterapeuta. Finaliza la ilustración con una viñeta dirigida a niños muy pequeños y un texto, Tenho medo, que propone temas angustiantes y difíciles de procesar, pero que leídos en la empática compañía de un adulto, implica acompañar a las nuevas generaciones compartiendo vivencias y miradas diferentes. Todo ello con el objetivo, nos dice Patricia, de vivir en un mundo más solidario, comprensivo, con mayores posibilidades de abrigarnos.
El cuarto artículo que conforma este dossier, de los colegas argentinos Losada y Román, describe y analiza una muy interesante investigación sobre biblioterapia en diferentes países. Como eje central de la exploración plantean las recomendaciones de libros como instrumento terapéutico, en lo que denominan “Autoterapia ampliada”. Para ello realizaron encuestas a más de 80 profesionales de la psicología de 8 países de América, Europa y África, sondeando qué tipo de textos son los sugeridos a los pacientes en los entornos mencionados. Basados en los conceptos de Víctor Frankl y la neurosis noógena que este autor define como neurosis existencial frente al sentimiento de vacío de sentido de la vida, es que apelan a la literatura como estimulante del pensamiento crítico y de la acción reflexiva, que permite una reconstrucción de la realidad del paciente. La actividad de lectura está asociada a la búsqueda de un sentido de la vida, y por ende se desprende de ella su valor terapéutico. Incluye la lista de textos y autores recomendados por los psicólogos encuestados. Abundan las referencias bibliográficas y las referencias a diversas experiencias en contextos de gran vulnerabilidad como las cárceles y los hospitales.
Por su parte, las colombianas Roa y Castrillón, presentan, actualizada, una experiencia que llevaron a cabo en 2008/2009 con grupos de lectura con niños y jóvenes víctimas de la violencia en Colombia. La idea de promocionar la lectura y la escritura en las escuelas, valorando la palabra leída y/o escrita como herramienta para la promoción de un espacio que contribuya a la construcción y/o reconstrucción de la memoria y la ética. Se trabajó con 15 grupos de niños y jóvenes en situaciones de extrema pobreza, desplazamiento y desmovilización de los grupos armados, en conjunto con cerca de 200 maestros del sector público de Bogotá. Se cuestionan los libros que privilegian las moralejas, puesto que obturan el pensamiento crítico en lo que respecta a la problematización de la realidad, así como los textos que son censurados por abordar temas que se consideran tabúes. Basadas en el concepto de Alain Badiou, reivindican una política educativa anclada en la justicia y no en la piedad. Destacan el carácter revolucionario de los grupos de lectura en aquellos casos donde los participantes eran víctimas de guerra, y la palabra tiene un valor escaso, y nulo, limitado a dar y a cumplir órdenes. Han abordado la categoría de la memoria en relación a la situación que atraviesan los niños y jóvenes en Colombia, con el objetivo de cuestionar y dar sentido a sus vivencias oponiéndose a ser víctimas pasivas de las acciones de terceros.
Finalmente el artículo de la psicoanalista uruguaya y especialista en Literatura infantil y juvenil, María Cecilia Rodríguez, presenta una experiencia realizada con niños y niñas y adolescentes en un Taller de Exploraciones literarias que comenzó antes de la pandemia y continuó durante la misma. El mismo da cuenta del abordaje interdisciplinario puesto que además fue co coordinado por una estudiante de la carrera de comunicación y una bibliotecóloga.
A través de historias ficcionales Rodríguez aborda los encuentros abriendo el espacio para la interrogación, alentando diversas respuestas posibles a las inquietudes propias de los niños y jóvenes, todo ello enmarcado en un contexto especial de pandemia, permitiendo una vivencia reparadora ante tantas pérdidas y a la vez una transformación del encuadre acorde a las circunstancias. La autora plantea variados cuestionamientos en torno a algunos saberes y lo hace de una manera sumamente aguda, y original, como la referida a la calidad y selección de los libros para niños, problematizando lo del tan mentado ‘final feliz’. Las viñetas que ilustran el trabajo dan cuenta de su vasto conocimiento enraizado en la teoría psicoanalítica y de su formación honda e inteligente de la literatura para niños y jóvenes.
Para cerrar, cabe agradecer, a los autores por su compromiso y la enjundia de sus trabajos, con la que enaltecen esta publicación, y muy especialmente al equipo editorial de Informatio por el constante apoyo y compañía en la elaboración de este dossier.
Jauss, H. (1971) La historia de la literatura como provocación a la ciencia literaria. Barcelona: Gredos.
Cristina Deberti Martins.
Facultad de Información y Comunicación, Universidad de la República.