Informatio
25(2), 2020, pp. 15-16
ISSN: 2301-1378
25 años de Informatio
Editor de las revistas Scire e Ibersid
Universidad de Zaragoza
Agradezco enormemente la invitación que me ha extendido mi buen amigo el Prof. Dr. Mario Barité para escribir unas palabras celebrando que el próximo mes de diciembre de 2020 se cumplen los 25 años de la publicación del primer número de Informatio, la revista institucional de la antigua Escuela Universitaria de Bibliotecología y Ciencias Afines, y hoy Instituto de Información de la Facultad de· Información y Comunicación, de la Universidad de la República de Uruguay. Y, en verdad, ¡cuánto hay que celebrar!
En estos tiempos, las revistas académicas se ven cada día más como una parte del pujante y conflictivo mercado editorial que ha surgido para organizar la profesión de académico en todo el mundo en un entorno que debe ser necesariamente global —pues hablamos de ciencia— y que también está cada vez más globalizado —sujeto a mercados y gobiernos inevitablemente mundializados—. Como estar en este mundo global sin dar la espalda a lo local es muchas veces la misión más importante de nuestras revistas.
Ese conflicto se concreta muchas veces en el debate de los rankings… A pesar de las protestas de igualdad, en todas las sociedades se ordena a la gente y a sus colectivos. Los académicos y científicos (los académicos que creen en el método científico y lo aplican) también están sujetos a esta ley no escrita de nuestras sociedades, tan vilipendiada como implacable.
Los modos han cambiado, es cierto. La técnica para ordenarse y ascender en el viejo mundo académico era someterse al autoritarismo, tanto menos vejante cuanto más esclavo de la verdad; y en el nuevo, buscar la efectividad para bien situarse en el cosmos de las publicaciones, ojalá que sin traicionar el propio genio a las modas. La asamblea de los (imposiblemente) iguales reemplazó a los aristócratas del saber y sus vasallos, y se sustanció en un inmenso mercado global con múltiples sucursales. Sea. Como sobrevivir en este entorno sin engañarnos ni a nosotros mismos ni a nuestros autores es la tarea que compartimos tantas revistas hermanas.
Scire comparte además con Informatio el haber tomado un nombre latino. Hay algo hoy de la esplendorosa Roma, pujante en comercio, ciencia y tolerancia, con élites cada vez más despreocupadas de todo lo que no fuera disfrutar de su vida, enaltecidas en su ingenio. Pero vino el derrumbe, y Roma, despojada de toda soberbia, aun pudo pasar herida de muerte el corazón de su ciencia, ese amor por el rigor que rezuma en su idioma. Esas palabras que, afiladas por mentes brillantes, se convirtieron en bisturís para uso de aquellos que buscan la verdad. Palabras que, en la desesperación de una sociedad que no esperaba el colapso, cobraron vida y se volvieron semillas. Dispersas, rotas, pútridas… pero mimadas en algunos lugares con cariño, florecieron según el genio de personas y comunidades nuevas; se transformaron y poblaron el mundo.
¡Gratulor vobis, Informatio! ¡Enhorabuena a todos los que habéis hecho posible Informatio! Pero, sobre todo, ¡gracias por existir, por estar ahí, por resistir y por ser baluarte del pensamiento original de vuestra propia comunidad académica a pesar del empuje necesario pero tantas veces aplastante de lo global!