Informatio
25(1), 2020, pp. 234-251
ISSN: 2301-1378


Reseña


 

Mauricio Nihil Olivera (coord.). Universidad y TIC. Análisis de las nuevas prácticas de producción y circulación de la información del Cenur Litoral Norte. Montevideo: CSIC.

Autores: Marilina Alves, Mariana Borges, Mónica Cabrera, Adriana Casamayou, Victoria Lagaxio, Cecilia López, María Morelle, Martín Motta y Cristina Rundie.

 

Dra. Margarita Heinzen

 

1. Introducción

Este libro se publicó en 2019, como parte de los resultados del proyecto Universidad y TIC: ¿Nuevos espacios tecnológicos de participación estudiantil?, dirigido por Mauricio Nihil Olivera y José Borrelli, perteneciente a la convocatoria 2016 del Llamado a Proyectos I+D de la Comisión Sectorial de Investigación Científica (CSIC) de la Universidad de la República (UdelaR). El Dr. Nihil trabaja en esta oportunidad con un amplio grupo de colaboradores, radicados tanto en Montevideo como la región universitaria Litoral Norte, donde él también es profesor.

La política de expansión territorial llevada adelante por la UdelaR a partir de 2007 con el fin de democratizar el acceso a la educación superior y viabilizar la reforma de su estructura académica, creó nuevas institucionalidades, los Centros Universitarios Regionales, que desafiaron, y hasta hoy desafían, los modos y formas de organización tradicionales. El Cenur Litoral Norte (Cenur LN) fue creado por el Consejo Directivo Central en 2013 y comprende los departamentos de Artigas, Salto, Paysandú y Río Negro de Uruguay. La región incluye a los Centros Universitarios locales de Paysandú (CUP) y Salto (CUS) y las Casas de Río Negro y Artigas, de reciente instalación. La compleja realidad comunicacional de la UdelaR, ya desafiada por los cambios propios de los sistemas de comunicación y las nuevas tecnologías, se tensiona aún más por las transformaciones institucionales.

En particular, las prácticas de comunicación e información de los estudiantes del Cenur LN, basadas en las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC), entran en conflicto con las prácticas y estrategias comunicacionales tradicionales de la institución. El trabajo que se reseña parte del supuesto de que el acceso a la información de los actores universitarios (estudiantes, docentes y egresados) es clave para fortalecer la participación y la toma de decisiones políticas en la institución, ya que entienden son dimensiones claves “en los procesos de participación de lo común y del compromiso con lo colectivo” (p.13). Entender esta creciente complejidad comunicacional, permitirá ajustar o diseñar nuevas estrategias que contribuyan a su fortalecimiento, en tanto instituciones nuevas pero que abrevan en viejas tradiciones sustentadas en la participación de los actores.

Este trabajo aborda la relación estudiantes universitarios y TIC desde una perspectiva de participación comunicacional, lo que constituye un aporte innovador, pertinente y de gran actualidad para nuestro país. El término participación es entendido en el trabajo como las formas de influir en los procesos institucionales y sus resultados y las prácticas sociales que buscan incidir en la gestión y resolución de problemas colectivos. Se contextualizan, para eso, tres elementos claves: los estudiantes, la política comunicacional universitaria e internet (TIC) como espacio para tal acción. La aparición de las TIC implicó alteraciones en las prácticas comunicativas, sociales y tecnológicas de los actores universitarios, lo que lleva a una nueva relación con el espacio, el tiempo y el lugar. Internet es la herramienta que permite esas relaciones y genera espacios Tecnológicos, Geográficos y Sociales (TGS), (Olivera, 2013; cit. por los autores), cuyo estudio permite entender las profundas transformaciones en las formas de concebir la relación espacio/tiempo y acercarse a las nuevas tecnosociabilidades (p.16), es decir, las relaciones que surgen y se difunden entre los actores sociales, así como sus prácticas tecnológicas que expresan sentidos y significados. Los espacios TGS son nodos donde confluyen parte de las conexiones de otros espacios, reales o abstractos, que, a su vez, también son nodos de una red. El trabajo que se reseña pone su foco en entender las prácticas informacionales y las demandas de los estudiantes del Cenur LN frente a las prácticas comunicacionales de una institución localizada geográficamente en sedes diferentes y se pregunta cómo aquellas pueden incidir en el interés, las formas y los niveles de participación en temas universitarios, emergentes o propuestos a través de canales–espacios institucionales.

2. Metodología

El problema de investigación se abordó a través de tres dimensiones: estudiantes, encargados de la comunicación institucional y espacios de intercambio de información. Se utilizaron técnicas cuantitativas y cualitativas: 1. Encuesta a una muestra estratificada de 333 estudiantes “activos”  del Cenur LN de las sedes de Salto y Paysandú, para caracterizar la población estudiantil y describir algunas variables, tales como: preferencias de uso de las plataformas, usos y frecuencia en su utilización, búsqueda de información, interés en la información difundida por la universidad, propósitos y motivaciones del uso y tiempo destinado; 2. análisis de contenido a las distintas publicaciones de las páginas de Facebook (fanpage) de ambas sedes para describir las características sociodemográficas de los seguidores; el tipo de contenido publicado y la interacción del público; 3. entrevistas en profundidad a los coordinadores de las dos Unidades de Comunicación (UC) para profundizar en los aspectos subjetivos y los significados y sentidos de la aplicación de una estrategia comunicacional regional en el Cenur LN y d) grupos de discusión con los delegados de clase (en el caso de Salto) y «referentes» estudiantiles (en el caso de Paysandú), que permitieron analizar el uso de diferentes canales de comunicación entre los estudiantes y la institución y el interés de los éstos en los contenidos informativos institucionales. La diferencia entre delegado y referente se basa en que el primero es votado por los compañeros de generación y respaldado por la institución (existe solo en Salto), mientras que el referente se erige y legitima ante sus compañeros a partir de sus prácticas comunicacionales en el curso (existe sólo en Paysandú).

3. Resultados

Los autores presentan los resultados, agrupados según los objetivos específicos, en los siguientes apartados:

3.1. Prácticas comunicacionales del Cenur LN

3.2. Canales–espacios comunicacionales que utilizan los estudiantes para buscar la información institucional

Los principales canales–espacios institucionales utilizados son: la bedelía (cerca del 60% en ambas sedes), la página web de la carrera o de la facultad y la cartelera (aproximadamente el 40% en ambas sedes) y la web de la sede universitaria (alrededor de 30 % en ambas sedes). El resto de los canales aparecen como menos importantes y con variaciones entre sedes.

Más allá de los datos cuantitativos, los grupos de discusión clasifican a la bedelía, canal que más utilizan los estudiantes, como un canal–espacio «hostil» y de difícil acceso. Respecto al uso de las carteleras, también reportan dificultades de gestión por parte de la institución, como espacios escondidos, información desactualizada, entre otros.

La frecuencia total de acceso a la página web del servicio es baja (20% aproximadamente). Entre los estudiantes que contestaron que sabían de su existencia, los de Paysandú buscan más información que los de Salto (75% y 57% de quienes dijeron conocer el sitio web). Respecto al conocimiento del Facebook de su Carrera/Facultad, aproximadamente la mitad de los estudiantes respondió afirmativamente en ambas sedes. En los grupos de discusión, los estudiantes revelan que estas publicaciones tienen poco interés. Cerca del 70 % en el CUP y más del 80% en el CUS, responden que no realizan consultas en el Facebook y que buscan y gestionan la información institucional por fuera de los canales 2.0 que propone el Cenur LN.  El 43% de los estudiantes del CUP y 27% de los estudiantes del CUS se comunican personalmente con la coordinación de carrera. Ambas sedes señalan que la utilidad de esta información es alta, dependiendo de los coordinadores, principalmente.

Otro canal–espacio de comunicación para obtener información referida a cuestiones de la carrera son los delegados/referentes estudiantiles de clase. Ambas figuras gestionan información institucional entre los estudiantes, en grupos de WhatsApp, pero existen diferencias sustanciales, derivadas de cómo son elegidos y reconocidos, en Salto y Paysandú, como ya se explicó. Sin embargo, en el CUP, los docentes e incluso la institución, identifican a esos referentes de clase y les envían la información para que la difunda entre sus compañeros, llegando a mantener una relación similar a la que tiene Salto con sus delegados.

En la encuesta, los referentes y delegados adquirieron mucha relevancia, incluso más que la institución en la comunicación e información. 9 de cada 10 estudiantes en Salto y 7 de cada 10 en Paysandú afirman recibir información de los delegados y referentes estudiantiles, a partir del WhatsApp, que es el primer canal–espacio de difusión de la información (78,1 % CUS y 100 % CUP). Esto se confirma en los grupos de discusión y existe una gran complejidad en la forma de gestionar la información, con un conjunto de prácticas y lógicas comunicacionales con reglas y códigos que establecen los estudiantes. Los referentes y delegados estudiantiles se erigen en los gestores y constituyen una figura clave, tanto entre sus compañeros como con los docentes y la misma institución.

3.3. Prácticas relacionales de los estudiantes.

Los resultados indican que los estudiantes establecen estrategias, prácticas y lógicas relacionales diversas y diferenciadas con los docentes, la institución y entre ellos. Según la encuesta, casi la totalidad del estudiantado comparte con pares entre 3 y 5 grupos de WhatsApp (99,2 %), a través de los que circulan temas relacionados con la gestión curricular de la carrera. Confirman, en los grupos de discusión, que el porcentaje de conexión y uso de los teléfonos móviles es casi del 100 % (ningún estudiante recordaba a algún compañero que no tuviera un smartphone). Los estudiantes también afirman que casi no utilizan el correo electrónico ni el Facebook y coinciden que hay una fuerte migración hacia WhatsApp, donde estaría convergiendo la información de todas las otras plataformas (espacio de Educación Virtual de Aprendizaje (EVA) y Facebook, entre otros) dada la rapidez, instantaneidad y posibilidad de enviar archivos multimedia. También los docentes conforman grupos de WhatsApp con prácticas relacionales diferenciadas, porque es más rápido y directo que EVA.

3.3.1. Relación estudiantes–estudiantes

Los datos del estudio señalan que WhatsApp es el principal canal–espacio por el que circula la información y comunicación entre los estudiantes y que trabajar desde la pantalla del celular es una práctica cada vez más generalizada, tanto por la facilidad de conexión, como por la autonomía respecto a la existencia y disponibilidad de computadoras en la familia.

La información y la comunicación que circula por los grupos de WhatsApp está reglada, hay códigos, que varían con cada grupo y se van corrigiendo. Cuando los grupos son muy numerosos, la figura del referente estudiantil es clave, porque permite al resto identificar la información válida y éstos son conscientes de la responsabilidad que implica la tarea.

3.3.2. Relación estudiantes–docentes

Las prácticas y lógicas relacionales a través de WhatsApp entre estudiantes y docentes son un hallazgo en este estudio, confirmados por los datos de la encuesta. En los grupos de discusión se constataron al menos dos formas de relacionarse estudiantes y docentes en WhatsApp: a) compartiendo docentes y estudiantes un mismo grupo y; b) a través de un intermediario, en general el referente o delegado estudiantil, que oficia de nexo con el grupo.

3.3.3. Relación referentes/delegados–institución

Finalmente, se desprendía de los grupos de discusión que la relación referente/delegado–docente generaba con la institución otro tipo de relación que tiene su propia dinámica y que, los autores consideran al borde de lo «parainstitucional». Los docentes o los actores institucionales eligen utilizar WhatsApp, un canal–espacio no oficial para llegar a los estudiantes. La figura del referente/delegado cobra importancia para la institución y los docentes, que se benefician de esa figura, porque gestiona de manera rápida y fluida la información y logra mayor alcance y efectividad en la comunicación. La institución reconoce de forma implícita, las prácticas comunicacionales adoptadas por los estudiantes y deja en segundo plano a los canales–espacios institucionales, lo que genera tensiones y conflictos entre los actores universitarios.

4. Los canales–espacios institucionales en relación con la participación política–social estudiantil

La discusión de los resultados se presenta con el fin de establecer el grado de incidencia de los canales–espacios de comunicación e información oficiales en relación con la participación generada en la comunidad estudiantil en el marco del proyecto Cenur LN. Con base en la definición de participación que ya se mencionó, los autores utilizan las tipologías de participación en la universidad propuestas por Trilla y otros (2011), quienes distinguen cuatro tipos: a) simple, b) consultiva, c) proyectiva y d) metaparticipación, que implican niveles progresivos de intensidad y complejidad. Luego, discuten la participación en función de sus modalidades, en dos sentidos: individual y asociativa e institucional y alternativa.

4.1. Tipos de participación y resultados obtenidos

a) Participación simple

Consiste en tomar parte en un proceso o actividad como espectador o ejecutante, sin que los individuos hayan intervenido ni en la preparación ni en las decisiones sobre su contenido o desarrollo.

Los resultados obtenidos en este estudio, señalan que los estudiantes participan muy poco y en un sentido bastante reducido (participación simple), como usuarios del sistema universitario, principalmente con interés en la gestión de temas curriculares de las asignaturas y la carrera. La escasez de respuestas/interacciones/compartidos de los estudiantes en las publicaciones institucionales de los Facebook de las sedes, tal como surge del análisis de los datos secundarios, son prueba del bajo grado de participación y del desinterés de los estudiantes.

Los responsables de las UC explican que no tienen mediciones ni evaluaciones de las estrategias desplegadas, la que en general es instintiva. Los medios 2.0 son utilizados de forma unidireccional y no hay fragmentación de la información para alcanzar a públicos o nichos específicos. Por otra parte, la percepción de los coordinadores de las UC no coincide con la de los estudiantes sobre el alcance general e interés (2,7 %) de sus publicaciones. En los grupos de discusión se manifiesta que los estudiantes buscan información relacionada con los cursos, que no aparece en los canales oficiales, lo que podría explicar, en parte, que hayan establecido otras redes. También los delegados/referentes participan en el nivel simple, oficiando como nexo entre docentes y estudiantes en cuestiones curriculares instrumentales, produciendo un nivel muy elemental de consulta en dos sentidos, que no dejaría de ser simple, aunque en dos pasos.

La red generada en WhatsApp por los estudiantes es alternativa y no institucional, el propio colectivo de estudiantes instituye el sistema de gobernanza y gestiona sus reglas y recursos, de los cuales el delegado hace uso y adónde convergen otros canales–espacios que pueden ser oficiales (EVA, Facebook, web institucional, etc.) o extra–oficiales (Facebook de colegas, periódicos, servicios de becas, etc.). Los distintos modelos de trabajo de los delegados y referentes proporcionan ejemplos tanto de participación individual como asociativa. Algunos delegados tienen una fuerte presencia en los cursos y concentran todas las funciones, otros, comparten responsabilidades con un grupo de estudiantes, en una relación horizontal.

Los delegados y referentes en pocos casos manifiestan inquietudes sociales o políticas, o participan en esos ámbitos. Algunos manifiestan que les interesaría enterarse de actividades extracurriculares pero que esa información «no llega», confirmándose que no frecuentan los canales-espacios institucionales.

b) Participación consultiva

Este tipo de participación supone que los sujetos no son meros espectadores, ejecutantes o usuarios de algo previamente decidido, sino que se les demanda su parecer sobre asuntos que les conciernen y puede ser vinculante o no.  En el trabajo reseñado, las consultas a través de los canales–espacios institucionales 2.0 han sido puntuales por falta de recursos humanos en las UC, resultando en una reproducción de las lógicas unidireccionales de los medios de comunicación masiva y sólo promueven la participación en las elecciones para los órganos de cogobierno, aunque existen mecanismos tradicionales de consulta institucional. Los datos de la encuesta indican que la participación de los estudiantes, en los distintos espacios, no supera el 10%.

c) Participación proyectiva

Esta forma de participación implica que el participante se convierte en agente, es decir, el proyecto sobre el que opina también está en sus manos. Se trata de una clase de participación que requiere mayor compromiso y co-partición de responsabilidades.  Los datos constatan que no hay participación proyectiva en la comunicación 2.0 en el Cenur LN y solo se observa a través de las formas tradicionales: asociaciones, centros de estudiantes y corrientes que los integran, pero son pocos los estudiantes que participan a este nivel o que organizan actividades extracurriculares, culturales, deportivas o sociales. En el grupo de discusión en Salto, además, surgieron cuestionamientos sobre el modo de elección de los representantes y del cogobierno, lo que da cuenta de que, aunque existan canales–espacios más exigentes, la mayoría no participa ni comprende cómo funcionan. En general desconocen las resoluciones del cogobierno y no saben dónde buscarlas. Según los autores, esta desinformación es un límite importante para una participación consultiva o proyectiva, ya que impide la pertenencia identitaria con el centro y el servicio, así como cierto conflicto respecto a su condición de estudiantes de una carrera que responde a un servicio de Montevideo.
Por último, los autores señalan que los delegados/referentes se sienten parte o protagonistas cuando el docente o coordinador de la carrera le transfiere alguna responsabilidad en la gestión de los cursos. Esa “agencia” en realidad no podría ser considerada como una participación proyectiva, ya que se da como una delegación de responsabilidades a título individual y no de forma asociativa.

d) Metaparticipación

Aparece cuando un individuo o un colectivo se moviliza para que le sea reconocido su derecho a la participación o cuando cree que los canales establecidos para ella no son suficientes o eficaces.

Los autores del trabajo reportan que en los grupos de discusión de Paysandú, se relatan situaciones conflictivas en el desarrollo de los cursos que motivaron diversas movilizaciones por parte de los estudiantes, gestionadas por WhatsApp y lideradas, en algunos casos, por sus referentes/delegados y, en otras, de forma asociativa. Por ejemplo, ante la suspensión de cursos por falta de docentes, los estudiantes se movilizaron, pero el reclamo se limitó a solucionar un problema que los afectaba y que la universidad no lograba resolver de manera rápida. Se observa entonces una forma de participación por fuera de los canales–espacios tradicionales de la universidad (gremio de estudiantes, comisiones, etc.).

La participación en la red estudiantil es principalmente simple, pero autogestionada por los estudiantes, que funciona como vía alternativa, aunque en ocasiones interactúa con la institución por vías formales, a demanda de actores institucionales. El alto grado de empoderamiento de los estudiantes en el funcionamiento de la red le otorga rasgos de metaparticipación.

5. Grado de interés de los estudiantes en los contenidos informativos que difunde la institución

Por último, los autores analizan la vinculación entre los intereses de los estudiantes y los contenidos que difunde la institución con el fin de discutir las posibilidades de la web 2.0 de crear comunidad, para lo cual es necesaria la interacción.

Los datos de la encuesta señalan que los estudiantes consultan los canales–espacios de comunicación dispuestos por la institución en un 50 %. Sin embargo, según los grupos de discusión, tienen bajo interés en los contenidos institucionales. Los resultados muestran que, si bien en la encuesta los estudiantes marcan a bedelía como el principal lugar de búsqueda de información útil, en los grupos de discusión le asignan baja calidad a la información y que lo identifican como un lugar hostil, lo que es un hallazgo del trabajo. Lo mismo ocurre con los otros canales-espacios institucionales (carteleras).

La información que les interesa a los estudiantes les llega (más que buscarla) por diversos grupos de WhatsApp. Se comprueba en los grupos de discusión, que la información institucional, que es de interés para los estudiantes (exámenes, inscripciones, etc.), siempre les llega, y que ellos la gestionan y se encargan de difundirla a través de los grupos de WhatsApp, que son generales y fragmentados y en los que participan todos los estudiantes del curso.

Los referentes determinan tanto el contenido como el destino del mensaje y son, al mismo tiempo, emisores y receptores de mensajes multidireccionales dentro de una red comunicacional compartida, horizontal y fragmentada. Ellos funcionan como nodos y realizan la función de gatekeeper : identifican qué información puede interesarle a qué grupo y de esa manera no saturan los canales con temas de bajo interés, como señalan que hace la institución con cosas que no les interesa.

Respecto a las actividades culturales que organiza la institución, los estudiantes mencionan que no hay buena difusión, aunque se publican en el Facebook de las sedes, lo que reafirma que ellos no visitan las fanpages y que la difusión y circulación de la información es por WhatsApp, que es el nodo por el cual confluyen las conexiones y flujos tecno–comunicacionales.

En los grupos de discusión se señala que el canal–espacio de EVA es utilizado como un repositorio de materiales, ya que existe desconocimiento del potencial de uso por los docentes. A su vez, los docentes que usan EVA, avisan a los estudiantes por WhatsApp, por lo que siempre existe la doble vía. Otras dificultades que señalan respecto a EVA se refieren a la inexistencia de una app que les permita tenerla abierta en el celular.

En resumen, los autores discuten los resultados reafirmando que, para gestionar la información y la comunicación dentro de un nuevo espacio TGS se deben modificar las estrategias comunicacionales e incorporar la flexibilidad y habitabilidad de estos espacios. Allí, el espacio físico es la virtualidad, los actores de la comunidad pueden trasladarse geográficamente y socializar a partir de los celulares, en aplicaciones como WhatsApp, de forma horizontal y colaborativa. Los autores reafirman que en esos espacios la gestión de la información es una tarea compartida, no hay un solo gestor sino comunidades que han desarrollado sus propias reglas para gestionar sus intereses y recursos comunicacionales e informacionales, como se visualiza en los resultados de este estudio.

Conclusiones del trabajo

Los autores concluyen respecto a los ítems desarrollados con anterioridad:

a. Tensiones entre las prácticas comunicacionales 2.0 (bidireccional) y las formas de comunicación tradicional (unidireccional)

La instalación del Cenur LN implica un desafío por la complejidad y el reto de integrar una gran diversidad de servicios y formas diferentes de gestión, tradicionales e históricas de cada sede (Salto y Paysandú) y que ahora conforman un territorio común a cubrir. Las TIC podrían ser la herramienta que facilite y habilite la construcción de lo que este estudio llama un nuevo espacio TGS (Olivera, 2013; cit. por los autores), que si bien ya atraviesan el Cenur LN, aún no ha podido implementarse, entre otras cosas, por las limitaciones estructurales de las UC y por la falta de un plan comunicacional a nivel político institucional.

Según los autores, el principal desafío es político y el reto es cómo incorporar las nuevas prácticas y lógicas comunicacionales a una forma de gestionar la comunicación propia de prácticas comunicacionales universitarias tradicionales con lógicas centralizadas, verticales y jerarquizadas.

b. Comunicación 2.0 (WhatsApp) y prácticas relacionales de los estudiantes

Las nuevas prácticas asociadas con el uso de las TIC constituyen en sí nuevos marcos de socialización y de vinculación a redes sociales. Un hallazgo interesante es que el celular, se ha transformado en la pantalla principal de trabajo y ha reemplazado, en algunos casos, a la computadora. Internet debiera ser entendida como un espacio social en sí mismo, donde las relaciones se hacen presentes bajo nuevas formas de relacionamiento y construcciones tecnosociales, que habilitan extraterritorialidades (físicas o virtuales) y generan un espacio TGS, en el que estarían los estudiantes concibiendo nuevos modos de interacción y estrategias en sus formas de comunicar.

Las formas relacionales, de comunicación, entre estudiantes y docentes, es otro hallazgo en este estudio, donde WhatsApp se configura como la herramienta 2.0 en la cual se produce la convergencia del resto de las herramientas 2.0 utilizadas. Frente a la disfuncionalidad de los canales–espacios oficiales los estudiantes comenzaron a desarrollar estrategias alternativas para acceder a una información actualizada, inmediata y de calidad. En ese escenario cobra relevancia el delegado/referente que se establece como un nodo en la red comunicacional universitaria, atravesado por el flujo informacional de los estudiantes, docentes y la misma institución. Los estudiantes gestionan la información y la comunicación estableciendo complejos sistemas de gobernanza, con comunidades que han desarrollado sus propias reglas para gestionar sus recursos, dentro de una red comunicacional compartida, horizontal y fragmentada, con referentes que determinan tanto el contenido como el destino del mensaje y son, al mismo tiempo, emisores y receptores de mensajes multidireccionales.

Otro hallazgo es la relación estudiantes–institución en la que es clave la figura del delegado/referente, que asume cada vez más responsabilidades «oficiales», que terminan siendo avaladas no solo por los estudiantes, sino también por la institución.

c. Incidencia de la comunicación institucional 2.0 en las formas de participación estudiantil

El grado de participación de los estudiantes de las sedes Salto y Paysandú del Cenur LN es bajo, tanto dentro de la universidad como fuera de ella. Los resultados de las distintas técnicas muestran que el grado más bajo de interés se da en relación con la participación política  y tanto en Paysandú como en Salto, la mayor participación se da en aspectos instrumentales para el desarrollo de los cursos, en calidad de usuarios del sistema universitario.

La incidencia de los canales–espacios digitales institucionales sobre las formas y niveles de participación estudiantil también es baja y predomina la participación simple, centrada en temas académicos, a partir de formas individuales y con carácter formal institucional. Esta baja incidencia es explicada en este estudio por la confluencia de: las dificultades para implementar una política comunicacional 2.0 por parte de la institución y la brecha subjetiva ente lo que la institución cree que les interesa a los estudiantes y su interés real. La falta de recursos de las UC y la inexistencia de un plan político estratégico de comunicación institucional que genere una pertenencia e identidad al proyecto regional Cenur LN, también contribuyen a ello.

Los autores del trabajo señalan que las TIC generaron, desde el punto de vista de las teorías de la comunicación y la política, un nuevo pacto y orden político–comunicacional a partir de la participación estudiantil paralela desarrollada en el marco de nuevos espacios TGS. Los estudiantes instituyen y constituyen prácticas tecnosociales participativas, horizontales y fragmentadas, gestionadas y administradas a partir de sistemas propios de gobernanza dentro de un nuevo espacio TGS, con referentes estudiantiles que muchas veces determinan el contenido de la red, y de la cual funcionan como nodos o puentes en la emisión y recepción de mensajes multidireccionales. Los estudiantes interactúan en los espacios TGS generando lógicas y temporalidades diversas que condensan nuevas formas de relación con el espacio, el tiempo y el lugar, concibiendo a la vez fenómenos de integración y exclusión informacional y comunicacional.

Los autores sintetizan sus reflexiones señalando que el proyecto político del Cenur LN deberá pensar cómo incorporar estrategias que articulen los espacios TGS que habitan los estudiantes, para que esos entornos virtuales no se conviertan en una forma simple de participación desvinculada de los principales núcleos temáticos y resolutivos de la institución universitaria.

d. Grado de interés de los estudiantes en los contenidos informativos institucionales

Los responsables de comunicación del Cenur LN saben que para conseguir un espacio de comunicación abierto a toda la comunidad universitaria y al conjunto de la sociedad es necesario generar participación y comunidad. Sin embargo, tal como se desprende de este estudio, la información en los canales–espacios institucionales es consultada en un bajo grado por los estudiantes, quienes buscan, principalmente, información instrumental.

Un hallazgo importante de este trabajo es que la información, más que buscarla, les llega a los estudiantes. La información es autogestionada por ellos y son los referentes quienes determinan tanto el contenido como el destino del mensaje y son, al mismo tiempo, emisores y receptores de mensajes multidireccionales (nodos). Los estudiantes coinciden en que la red es bastante organizada y que la información que gestionan es más fiable que la que brinda la institución. El proyecto Cenur LN es reciente y su gran complejidad para aplicar una política y estrategia comunicacional sobre el territorio, desafía a las UC que, con pocos recursos, deben gestionar y hacer converger la comunicación de Salto y Paysandú en un proyecto regional único.

Por último, los autores dejan abiertas preguntas para profundizar, que se sintetizan en: ¿Instituciones como el Cenur LN, incorporarán los cambios tecnológicos, para promover y asociarse a las actividades de los estudiantes en las redes sociales y así explotar nuevas formas de participación generadas en los espacios TGS? ¿El plan político y comunicacional universitario tendrá en cuenta esta creciente complejidad? ¿Cómo abordará la universidad los ejes vertebradores de la «identidad y pertenencia» de sus estudiantes, la interconexión 2.0 y la política multidimensional institucional para favorecer la participación estudiantil en los asuntos generales? Y se preguntan, dada la baja participación de los estudiantes en la institución, ¿cómo implicarlos en la propia gestión y actividad docente e institucional? ¿Qué tipo de participación quieren o demandan realmente? ¿Cómo la universidad, una institución de tradición comunicacional jerárquica, puede incorporar la participación estudiantil 2.0 en sus diversas facetas?

Consideraciones finales

Sin pretender repetir las conclusiones a las que llegan los autores del trabajo que se reseña, se plantean a continuación algunas reflexiones:

Se entiende valioso el presente estudio, por un lado, porque abona un camino de reciente desarrollo en el país, como es la investigación empírica en temáticas de educación superior. En particular, en este caso, indaga sobre la gestión de la información y comunicación en el marco de una nueva institucionalidad que, “a priori”, presentaba, una gran complejidad pero también gran potencial para desarrollar nuevas formas comunicacionales que permitiera adoptar los cambios de los sistemas de comunicación que habilitan las TIC.

Por otro lado, los resultados de este trabajo son un aporte importante para entender y pensar la creciente complejidad comunicacional dentro de la Universidad toda, institución con tradición jerárquica y vertical pero que se encuentra interpelada, por un lado, por la baja participación estudiantil en los canales presenciales habituales y por otro por las nuevas prácticas comunicacionales estudiantiles que tensionan aquellas viejas formas. El trabajo pone a las TIC en el centro del debate como herramienta posible para pensar nuevas formas de gestión de la información y comunicación que permitan incorporar la participación estudiantil 2.0.

En instituciones como la universidad, no es tarea sencilla lograr conformar una comunidad participativa, más aún en un colectivo universitario tan heterogéneo y fragmentado como el del Cenur LN, para lo cual la falta de un plan estratégico político comunicacional impide pensar estrategias que construyan identidad y pertenencia en los estudiantes. Se requiere también la toma de conciencia política de las autoridades respecto a la centralidad de los procesos de información comunicación en esta construcción. El reconocimiento de WhatsApp como el canal espacio principal de información comunicación entre los actores universitarios, así como la relevancia de la figura del referente/delegado como nodo de la red podría indicar la punta de un ovillo para empezar a trabajar.

Por último, vale una reflexión respecto a lo pertinente del trabajo en el marco de la pandemia que enfrentamos. Hace años asistimos a los cambios en los sistemas de comunicación, al desarrollo de internet y a la generación de un escenario en red con sus múltiples nodos. Sin embargo, el sistema educativo permanecía dubitativo respecto a adoptar un nuevo paradigma que se adaptara a este escenario. De hecho, el trabajo señala la falta de conocimiento de los docentes sobre la propia plataforma institucional (EVA) que fue desarrollada hace muchos años. La irrupción de un evento inesperado y desconocido (acontecimiento; Rodríguez Nebot, 2006) como la pandemia, ha obligado al sistema educativo formal a modificar sus prácticas docentes y comunicacionales, incluso las burocráticas, sin tiempo de reflexión o análisis. El acontecimiento fuerza a modificar sustancialmente todos los componentes del sistema, produciendo nuevas formas relacionales y nuevas prácticas, muchas de ellas sin vuelta atrás.

En este contexto, los trabajos de investigación como el que se reseña, apuntan al meollo de los desafíos que habrá que enfrentar. ¿Podrá la información comunicación institucional flexibilizar las formas tradicionales que suponían un ámbito presencial para la participación? ¿Podrá reflexionar la universidad sobre las características que adopta la participación que habilita las TIC, para sostener un modelo político cogobernado?

En síntesis, el trabajo apunta a un aspecto neurálgico para la futura construcción institucional que es la comprensión de los espacios TGS por donde circulan las complejas relaciones entre distancias, territorios y sentidos que orientan las prácticas de los actores sociales y que deberían entenderse como oportunidad para incorporar lógicas y prácticas diferentes.


Referencias bibliográficas

OLIVERA, M. (2013). E–Migration: a new configuration of technological, geographical and social spaces . International Journal of E–Politics (IJEP), 4 (1), 18-31.

RODRIGUEZ NEBOT, J. (2006). Clínica móvil: el socio análisis y la red. Montevideo: Narciso.

TRILLA BERNET, J. J. (2011). La participación de los estudiantes en el gobierno y la vida universitaria. Encounterson Education, 12 (1), 93–111. Disponible en: https://goo.gl/dXa8aX

 


Margarita Heinzen, escritora y Doctora en Ciencias Sociales. Profesora Titular en la Universidad de la República (UdelaR), sede Paysandú del Cenur Litoral Norte, donde dicta clases de Metodología de la Investigación y Escritura creativa y académica. Sus líneas de trabajo abordan el campo de Estudios sobre la Educación Superior. Entre 2003 y 2014 fue Directora de la sede Paysandú de la UdelaR. De 2015 a 2017 fue Directora General de Promoción y Desarrollo de la Intendencia de Paysandú. Como académica ha escrito numerosos artículos de sus áreas de competencia, entre los que se destacan los trabajos de investigación sobre las transformaciones universitarias. Como escritora recibió en 2018 el Primer Premio 25º Concurso “Narradores de la Banda Oriental”. Medalla Morosoli de Oro, por su novela Un montón de espejos rotos  y en 2010 Primera Mención 2010 Concurso Internacional de Libros de Cuentos Horacio Quiroga, por su libro De las mujeres soles que fue publicado y reeditado en España.

El libro aquí reseñado se encuentra disponible en: https://www.clacso.org.ar/libreria-latinoamericana-cm/contador/sumar_pdf.php?id_libro=1707