Informatio
24(1), 2019, pp. 101-105
ISSN: 2301-1378


 

Reseña

Virginia Bertolotti (comp.). Lengua, comunicación e información. Montevideo: FIC, 2018.

Autores: Fernando Andacht, Virginia Bertolotti, Magela Cabrera Castiglioni, María Gladys Ceretta, Alicia Díaz Costoff, Yanet Fuster, Beatriz Gabbiani, Elizabeth García de los Santos, Leticia Lorier, Mónica Méndez Caulín, Virginia Orlando, Rosalía Winocur

 

Dra. Elvira Narvaja de Arnoux1

 

El volumen, que aborda la lectura y la escritura académicas, integra las presentaciones realizadas en la Facultad de Información y Comunicación en 2017 durante dos encuentros  interdisciplinarios: el coloquio Comunicación, lengua e información: leer y escribir en clave académica y la mesa temática Múltiples miradas para múltiples alfabetizaciones, realizada en las II Jornadas de investigación. Los eventos convocaron a especialistas de diversas disciplinas -semióticos, lingüistas, antropólogos, bibliotecólogos, expertos en comunicación, profesores de lengua- que reflexionaron, en una interacción altamente productiva, cuyas huellas muestran los trabajos publicados, acerca de, entre otros temas, modalidades de lectura y escritura, incidencia de los soportes digitales e impresos en las prácticas universitarias actuales, transformaciones en la dinámica pedagógica, y representaciones que permanecen y que derivan de las nuevas experiencias. La diversidad y profundidad de los abordajes hacen de este libro un estímulo para investigaciones futuras y un orientador para las actividades en el aula.

No deja de ser significativo que el artículo inicial nos proponga una mirada de la escritura académica desde una perspectiva crítica que nos impulsa a revisar nuestras propias experiencias como miembros de una u otra comunidad académica y a interrogarnos sobre la validez y alcance de los dispositivos normativos. Entre los destinados al control de la discursividad se puede destacar el referido a la producción de textos resultantes de una actividad investigativa. En él intervienen normativas de las revistas especializadas, de las instituciones en cuyo marco se producen las tesis o de los comités de eventos científicos, a lo que se agregan espacios de entrenamiento y supervisión. El ingreso a una comunidad académica y la posibilidad de afianzarse en ella exigen la adaptación a los modelos establecidos,  los estilos prestigiosos y  la terminología legitimada en el área involucrada. Fernando Andacht en “¿Por qué razón reflexionar sobre los signos de la comunicación académica no equivale a hablar sobre el carácter moral de los peces?”, título en el que retoma una analogía del semiótico Peirce que muy tempranamente, reconoce la importancia creciente de las publicaciones científicas en revistas. A partir del texto peirceano, el autor del capítulo reflexiona sobre el papel que cumple la retórica en el discurso académico, sin dejar de subrayar que atendemos a una escritura de vocación socializante, lo que exige un despliegue explicativo que permita comprender el aporte de la investigación. Asimismo, aborda las observaciones del sociólogo inglés Michael Billig, quien cuestiona la claridad y la supuesta capacidad analítica de muchas publicaciones en el campo de las ciencias sociales aunque señale que, paradójicamente, el éxito del investigador en su carrera está ligado a ese tipo de oscuras formulaciones. Finalmente, ilustra el uso de fórmulas que circulan en el estudio de la comunicación mediática que parecen garantizar la pertenencia del escrito al ámbito científico y a determinados enfoques aunque no sean necesarias para la exposición de los resultados.

Los géneros discursivos que circulan en el medio universitario son variados y dependen de las áreas disciplinares, los trayectos profesionales, la condición de evaluativos o netamente académicos o profesionales. La enseñanza de la lectura y la escritura en los estudios superiores deben contemplarlos en su diversidad y reflexionar sobre ellos desde una perspectiva que atienda al contexto de producción y de circulación como a las comunidades de interpretación. En ese sentido, Beatriz Gabbiani y Virginia Orlando, en “Los textos académicos como géneros discursivos”, abordan el conocimiento letrado en términos de conocimiento situado y señalan cómo el acceso a los discursos compartidos por determinados grupos intervienen en la construcción de identidades en este medio como en otros. Asimismo,  se interrogan por el papel que desempeña el profesor en la enseñanza de las literacidades académicas y profesionales y los aspectos que debe tener en cuenta, particularmente las expectativas de docentes y estudiantes. Reconocen, además, la importancia de implementar en las carreras espacios de reflexión sistemática sobre los géneros académicos y profesionales con modalidades diversas y que intervengan en diferentes momentos de cada carrera. Los temas en los que las autoras se centran, resultado de una experiencia sostenida en este campo, constituyen para los lectores especializados una fuente productiva de interrogaciones novedosas.

Las prácticas de lectura en papel y en  pantalla interactúan en los estudiantes universitarios activando operaciones cognitivas variadas en el manejo de fuentes y plataformas. Indagar en los trayectos, valoraciones, modos de socializar el trabajo intelectual, interacciones que se desarrollan en el ámbito pedagógico, estrategias docentes que se implementan para atender a viejos y nuevos modos de leer y escribir han sido los objetivos centrales de una investigación cuyos resultados se plasman en el capítulo “El salón de clases como espacio de negociación entre prácticas tradicionales y prácticas emergentes de lectoescritura” de Rosalía Winocur. A partir de un enfoque etnográfico que pone en juego la categoría de “espacio biográfico” y que recurre a la observación participante en un taller de escritura en el que participan alumnos de comunicación en Ciudad de México, la autora presenta las experiencias textuales de los jóvenes y sus reflexiones sobre prácticas, objetos, gestos, incidencia de lo familiar, modos de contacto privilegiado según las tareas, relación con los textos en papel y en soporte digital, y muestra cómo la convivencia entre formas diversas de aproximarse a lo escrito enriquece el proceso de aprendizaje. Las agudas observaciones que pueblan el trabajo permiten acercarnos a la complejidad de las estrategias que se despliegan y las razones que llevan a preferir unas u otras.

Desde la perspectiva de “alfabetización en información” y centrándose en el ámbito universitario, María Gladys Ceretta, en “Leer en la era digital sin perderse en el intento: ¿cómo apropiarse de los recursos de información?”, reflexiona críticamente y destacando los aspectos éticos, sobre la importancia de los medios digitales en la democratización del acceso a la información.  A pesar de esto último, señala cómo la sobreabundancia de información  impone la necesidad de atender  detenidamente a la selección, uso, evaluación y comunicación de los conocimientos académicos en la red.  En relación con los criterios de selección de la información insiste en  considerar los de  autoridad responsable,  objetividad, veracidad y confiabilidad, y actualidad. La autora se detiene, asimismo,  en las características de la lectura digital  y la elaboración de estrategias de búsqueda, antes y mientras se lleva a cabo, señalando los cambios en relación con la lectura en soporte papel y los nuevos aprendizajes que implica. Un lugar central ocupa  la problemática de la hipertextualidad con su articulación de formas de lectura gráfica, visual, sonora y hasta sensitiva. Esto exige, además de capacidades críticas, el desarrollo de nuevas estrategias lectoras que contemplen la integración de información proveniente de espacios semióticos diferentes  para la realización de las  tareas que la universidad impone. El capítulo es un indudable aporte para la planificación e implementación de las prácticas de lectura y escritura universitarias que requieren abrirse no solo a los nuevos modos de acceso y procesamiento de la información sino también a las múltiples formas en las que lo verbal convive con otros sistemas semióticos.

En el capítulo siguiente las autoras, Alicia Díaz Costoff y Magela Cabrera Castiglioni  abordan, también en el marco teórico de la alfabetización en la información, las competencias vinculadas con la escritura académica y con la evaluación de la información. En “La escritura académica y su vínculo con las competencias en información” reflexionan a partir de resultados de dos tesis de la Maestría en Información y Comunicación de la Facultad de Información y Comunicación (FIC), que consideraron el impacto de la alfabetización en información en la trayectoria académica de  estudiantes universitarios. El análisis del proceso de elaboración de trabajos finales de grado les ha permitido reconocer, por un lado, la importancia, en el desempeño de los estudiantes, de la evaluación de la información y de la redacción destinada a su comunicación. Por el otro, las ha llevado a considerar esa etapa educativa como una instancia clave para reforzar los aprendizajes en una propuesta de formación unificada de las problemáticas a las que atendieron.

La preocupación por cómo los estudiantes se posicionan desde su carrera respecto de la lectura y la escritura es lo que motiva el trabajo acerca de “Las percepciones de los estudiantes de la Licenciatura en Bibliotecología sobre sus prácticas letradas”, de Yanet Fuster. En él atiende, también, a las categorías de “teoría del diálogo“ y “comunidades de práctica”, a la vez que señala la situación actual de la información como instrumento de poder y de oportunidades para los profesionales de esta disciplina en el marco de transformaciones rápidas que exigen una gestión adecuada. A partir de entrevistas, realizadas a estudiantes avanzados que deben encarar el trabajo final de carrera, en relación con cómo articulan la comprensión y producción de textos con su formación académica en la disciplina, la autora releva las diferencias que establecen entre la lectura y la escritura en relación con sus actividades específicas, la importancia que tienen las representaciones acerca del usuario, la información y el profesional y las dificultades que asocian con la tarea de escritura. Entre estas últimas, destaca el tiempo que pueden destinar a la escritura (en general, limitado por su inserción laboral temprana), las exigencias “nuevas” de la escritura académica, los problemas que acarrea la producción de un texto complejo, la necesidad de definir un tema de investigación, establecer los objetivos, recortar un marco teórico, construir la representación de lector. Las entrevistas muestran también los modos diversos que tienen los docentes de atender a la lectura y la escritura durante la carrera. Esto sostiene una interesante reflexión acerca de la importancia de que las consignas sean claras y explícitas y de la necesidad de  acompañar institucionalmente las prácticas de escritura.

Las nuevas tecnologías han incidido no solo en los modos de leer y de escribir sino también en las propuestas didácticas de los equipos docentes. Estos implementan, aprovechando las plataformas existentes, modos de colaboración entre estudiantes y entre estos y los profesores  que faciliten y afiancen los aprendizajes. A una experiencia en ese sentido se refiere Leticia Lorier en “Usos de los foros virtuales en un curso universitario: las interacciones entre docentes y estudiantes”. En un curso de grado con modalidad semipresencial aborda  las estrategias discursivas utilizadas en el tramo virtual, en uno de los foros, dividido a su vez en grupos a los que se les asignaba un hilo de discusión particular. Más allá del interés por la información que los participantes  intercambian se analizan los modos de regulación de  las relaciones interpersonales, de allí la reflexión detenida sobre el funcionamiento de la cortesía y de las formas de mitigación y de intensificación que se ponen en juego y cuyos procedimientos se detallan. La autora del capítulo, además de puntualizar los aspectos que trata y de ilustrarlos con interacciones relevadas en el trabajo de los grupos, se interroga sobre el papel que juega la mediación tecnológica y abre la posibilidad de encarar trabajos futuros que evalúen cómo los docentes se desenvuelven en encuentros presenciales y las diferencias respecto de los desempeños en el espacio virtual.

Las consignas destinadas a la realización de tareas en lectura y escritura han sido interrogadas desde diferentes perspectivas y variados ámbitos del quehacer docente. En el capítulo de Elizabeth García de los Santos y Mónica Méndez Caulín, “Las consignas como reguladoras de la lectura y la escritura: la experiencia de los talleres del Programa LEA”, se expone su tratamiento en un taller universitario en el que se convocó a docentes de las distintas carreras de la Universidad de la Republica. En estos espacios se trabaja sobre el vínculo entre lenguaje y disciplina abordándolo desde los aspectos discursivos y normativos centrales para el análisis de la escritura académica y atendiendo a las actividades pedagógicas que tienden a un mejor desempeño de los estudiantes en la enseñanza superior. En relación con las consignas, que funcionan como instrucciones que exigen operaciones cognitivas y discursivas a partir de una representación del destinatario y de los contenidos que deben ser evaluados, la experiencia del taller permitió a los docentes reflexionar sobre los aspectos que facilitarían la elaboración de la respuesta: entre otros, contextualizar los textos que se suministran para el análisis, orientar en su lectura, atender a la gradualidad de la enseñanza, contemplar los conocimientos que el estudiante tiene y reforzar aquellos que son necesarios para la actividad propuesta, considerar los aspectos redaccionales y volver a pensar la formulación de la consigna.

La multiplicación y diversificación de los posgrados en las últimas décadas ha llevado a implementar espacios académicos de apoyo a los trabajos finales, que deben adecuarse a cada nivel y campo del conocimiento. Esto ha impulsado el análisis de la problemática de la escritura en este nivel y la elaboración de estrategias pedagógicas que apoyen al futuro graduado desde la formulación del proyecto de tesis hasta la instancia de defensa. “Del género discursivo a la versalita: ciencias del lenguaje aplicadas a la enseñanza de la escritura de posgrado”, de  Virginia Bertolotti, se centra en la etapa crucial de redacción de la tesis y busca aportar desde el campo lingüístico a la comprensión de la tarea y a orientar a tesistas, responsables de taller y tutores. Bajo la designación de “supuestos” analiza los aspectos que a su criterio se deben considerar en el proceso de escritura del trabajo final: los tipos de escritores, los rasgos de los textos académicos en general y de las diferentes disciplinas en particular, las etapas en el proceso de escritura (planificación, puesta en texto y revisión), la importancia de la reflexión metalingüística, el tipo de actividad que implica la escritura académica, los criterios normativos de la comunidad hispanohablante y la relevancia de la estética del texto. Los diversos factores inciden en la representación global de la tesis que orienta la producción del escrito y que el estudiante va elaborando a lo largo del trabajo. En ella se deben integrar la orientación argumentativa del texto, la valoración de los hallazgos propios y el reconocimiento de los ajenos, los ajustes entre investigación y textualización, las remisiones internas a otros tramos del escrito, la representación del lector y de la institución, los requerimientos disciplinares. El capítulo se cierra con dos aportes significativos para los que conducen talleres de tesis: un posible programa y una presentación de actividades variadas y pertinentes para el desarrollo de las habilidades propias de este nivel.

El volumen aquí reseñado no solo integra resultados de valiosos trabajos de investigación sino que también evidencia una intensa reflexión sobre las características actuales de la escritura académica en relación con los requerimientos institucionales y las nuevas tecnologías. La experiencia de sus autores en la docencia universitaria lleva, además, a que atiendan, en los diferentes capítulos, a las tareas con los estudiantes y, al hacerlo, orienten respecto de posibles estrategias didácticas  y activen el interés por el estudio  de representaciones y prácticas.

 


1 Profesora Emérita de la Universidad de Buenos Aires. Dirige en la Facultad de Filosofía y Letras la Maestría en Análisis del Discurso y la Carrera de Especialización en Procesos de Lectura y Escritura Es responsable de la sede argentina de la Cátedra UNESCO en Lectura y Escritura.